RoboCop


Todos sabemos que a lo largo del año, al menos un diez por ciento de las películas que se estrenan son refritos de éxitos anteriores, con por lo general al menos veinte años entre películas para que la gente no huya de las salas. También sabemos todos que este es un negocio muy arriesgado y que en muchas ocasiones, la leyenda de las películas originales aplasta a las nuevas y da igual si es un intento digno por volvernos a contar la historia, les puede el legado de las anteriores. Una de esas películas que llega ahora a la cartelera del universo es RoboCop, que por supuesto se basa en la del año 1987, la cual, aunque no la hayas visto en el cine, por cojones que la tienes que haber visto en la tele ya que la han dado en estas dos décadas continuamente. En España también se estrena este fin de semana con el mismo título.

Un julay picoleto acaba haciendo el maikel yacson en una ciudad periférica

En unos Estados Unidos en los que los robots están prohibidos, el crimen está en su apogeo y las ciudades han dejado de ser seguras. Una corporación decide crear una mezcla entre robot y julay a partir de lo poco que queda de un poli al que le explota una bomba a su lado. Cuando lo presentan en sociedad, resulta que el colega tiene sus propias ideas y se les va de las manos. En algún momento de esta debacle, se dará cuenta de lo que está haciendo y resolverá el crimen de su propio asesinato destapando gran parte de la podredumbre que hay en la sociedad.

Tengo que admitirlo, yo fui a esta película con poquísimas expectativas, casi ninguna y esperando salir del cine cabreado y resultó que manteniendo lo básico, el julay de metal con corazón de panoli, han hecho una historia un pelín diferente, con un guión ameno, unas escenas de acción fabulosas y en resumen, una de esas películas para ver comiendo cotufas en el cine. Desde el principio se nota que es cine de serie B o quizás de serie C y volvieron a elegir como protagonista a un julay sin terminaciones nerviosas en la cara. El chamo es que no mueve un músculo, a ese le pones delante un truscolán y ni siquiera hace el gesto habitual de asco que se nos pone a todos con las razas inferiores. El hombre es un tal Joel Kinnaman que no me suena de absolutamente nada y que seguramente no veré en demasiadas películas. Para su hembra eligieron a Abbie Cornish y el director la vestía como pa’follá y en todas sus escenas es que sale como su fuera una Coyote de Vecindario que se va ya mismo al SalsaPub a buscar un macho que se la jinque. El malo lo interpreta un Michael Keaton que se ha quedado sin las cejas aquellas que arqueaba y que con eso parece que ha perdido su fuerza, ya que no da tanto repelús.

En fin, es cine de acción y sin ser el peliculón del milenio, tiene un pase. Es perfecta para una reunión de todos los miembros del Clan de los Orcos y hasta es posible que puedan llevar a las hembras. Para el resto, mejor a esperar que la den en la tele.


2 respuestas a “RoboCop”

  1. Es lo bueno de llevar pocas expectativas, que casi siempre sales más contento de lo que esperabas.