En un pasado muy pero que muy lejano, hace tanto tiempo que en aquella época no existía el mejor blog sin premios en castellano, truscoluña no era nación y yo era españó, españó, españóóóóóóóssss, ya habían pelis de terror y la mayor parte íbamos al cine por el cachondeo, ya que este es el único género que se toma tan en serio a sí mismo que resulta estrambótico. Hubo una película que lo cambió todo y que desveló las reglas del cine de terror y sin comerlo ni beberlo, fue la que refundó el género y le dio un aire nuevo que le hacía falta. Se trató de Scream y gracias al milagro del aniversario, la han vuelto a poner un solo día en el cine y aproveché para verla. En España, cuando se estrenó lo hizo con el título de Scream: Vigila quién llama y para que alucinéis, decir que el título en Ecuador y en Venezuela fue La máscara de la muerte y el de Méjico es el más mejor de todos, Scream: grita antes de morir.

Una julay las pasa putas cuando se desata una epidemia de asesinatos en su barriada periférica

Un año después de la muerte de la madre de una julay, los chavales del poblacho comienzan a recibir llamadas de teléfono y a morir tras un pequeño cuestionario y se desata un pánico en el villorrio que atrae a las aves carroñeras de la prensa y que se ensañan con la julay y sus amigos, que tendrán que luchar por sus vidas mientras cometen los grandes errores que te llevan a una muerte segura en las películas de terror.

Lo primero es decir que treinta años más tarde, esta sigue siendo una gran comedia con toques de terror. Tiene un guión muy fluido, entretiene y divierte y te dan sustos de cuando en cuando. Pese a conocer la historia, pese a que es una peli que he visto varias veces, me lo pasé bomba, como el resto del cine. Me fascinó descubrir que es seguramente la primera película que vi en la que un teléfono móvil es el instrumento del terror. Los jóvenes eran complicados, hablaban con frases intelectualmente avanzadas y tenían un nivel de cultura que hoy en día es sencillamente un sueño. La película está petada de gente conocida, como Courteney Cox, fabulosa y totalmente irreconocible de lo joven que está, Neve Campbell, que se hizo una musa del género con esta peli y que yo solo recuerdo de estas películas o David Arquette con el simplón más adorable de la historia del cine. Esta es una historia gloriosamente original que no ha envejecido. En las escenas más truculentas, jaleamos al malo y a los buenos y vivimos una rara experiencia colectiva, con todos en el cine pasándonoslo bomba. Si nunca la has visto, no sabes lo que te estás perdiendo.

Esta debería ser una de las primeras películas que han de ver los miembros del Clan de los Orcos unas vez los destetan. No tiene el caché para los sub-intelectuales con GafaPasta.