Séptimo día. Pulau Perhentian Kecil a Cameron Highlands


El relato de este viaje comenzó en Camino a Kuala Lumpur y Tienes un índice con todos los capítulos en Viaje a Malasia del 2009: Índice con toda la historia.

Mi séptimo día arrancó temprano. A las ocho de la mañana salen los primeros barcos para tierra y a las siete y media yo ya estaba en la playa con las dos mochilas y esperando el taxi que por la módica cantidad de cuarenta céntimos nos debía transportar hasta nuestro barco. Mi Ángel de la Guarda me mandó una señal y cubrí mi mochila con la cámara con la funda para la lluvia, puse el pasaporte en una bolsa y protegí también la otra mochila. El primer barco que salió con gente pilló una ola mal y acabaron enchumbados. Yo estaba en la orilla con el británico que fue conmigo a la excursión de buceo y el tío puso a los locales a caldo de pota. Los ingleses a veces se pasan un poco, tratan a esta gente como si fueran mongolos. El barco volvió, nos subimos y cuando arrancó el tipo decidió ir en diagonal para esquivar las olas pero eso no evitó que una nos ensopara de arriba a abajo. El inglés se cagó en la madre que parió al capullo que manejaba la barca pero el tío pasó totalmente de él. Cuando llegamos a los barcos nos repartieron según el color de nuestros billetes. Por el mío me tocó uno que estaba totalmente vacío mientras que los otros ya iban petados de gente. Los pasajeros esperábamos dentro sin que los que debían pilotar hicieran acto de presencia. A las ocho de la mañana en la playa vemos un revuelo y viene una lancha hacia nosotros con los Pilotos, un atajo de locales barrigudos que no dejan de hablar por teléfono móvil en ningún momento. En mi barca pusieron a los locales que iban a tierra, una madre con su hija y un chico. Yo seguía siendo el único extranjero. Después comenzaron a marcharse las otras barcas y en tierra vemos que la gente que se ha quedado dormida corre por la playa para no perder el transporte. El tipo tocaba la pita y más y más gente aparecía. Llegaron cuatro turistas más y cuando estábamos a punto de partir aparece un capullo por la playa andando con gran pachorra. El tío se tomó sus buenos cinco minutos, sin prisa ninguna para llegar hasta donde el taxista lo esperaba y desde allí a nuestro barco. Al bajarse le dijo al taxista que no tenía dinero y preguntó si alguien se lo pagaba. Yo lo miré con desprecio, si no nos hubiera tenido esperando igual me enrollo pero si vas de chulo por la vida, como no me comas el rabo no consigues nada de mí.

Mapa de las PerhentianLong Beach

El capitán seguía recibiendo llamadas y al parecer eran de complejos turísticos de los que están repartidos por las dos islas para que se pasara a buscar gente. En las dos fotos anteriores podéis ver el mapa de los complejos turísticos de las Perhentian y la playa desde el barco. Salimos desde allí hacia la Isla Grande en la que recogimos cuatro personas más y al regresar hacia la Isla Pequeña pillamos otro. Solo los extranjeros usábamos chaleco salvavidas, al parecer los locales tienen licencia para ahogarse. Una vez el pasaje estuvo completo, le metió candela y a todo meter nos dirigimos hacia Kulau Besut.

El lugar de los tiburonesKuala Besut jety

En las fotos anteriores podéis ver el lugar en el que el día anterior nadamos junto con los tiburones y la familia del pequeño Nemo y también nuestra llegada al puerto de Kuala Besut. Al bajarme a tierra firme, busqué la agencia de viajes en la que tenía que confirmar mi mini-bus hacia Cameron Highlands. Por el muelle un montón de taxistas te ofrecían un viaje al aeropuerto o a otras ciudades. Encontré el sitio y les dejé mi mochila. Como tenía tiempo me fui a desayunar y alejándote una calle del puerto te encontrabas un bochinche lleno a reventar de locales en el que hasta la policía estaba desayunando. Me senté en una mesa y me tomó un par de minutos darme cuenta que te tienes que acercar a pedir a una señora con pinta de madre de todos los Orcos del Señor de los Julandrillos a la que le señalé aleatoriamente las cosas que quería y ella me las puso en un plato con arroz. Estaba delicioso y tan barato que daban ganas de llorar pero no me preguntéis como se llamaba lo que comí. Un par de extranjeros me vieron y también se sentaron a comer allí. El café en Malasia es horrible, demasiado influenciado por los británicos, sabe a agua con tierra pero mejor eso que nada y no parece que la leche esté muy extendida por el país como líquido para desayunar.

Tras el desayuno entré en una tienda y me compré una camiseta de recuerdo y al volver a la agencia de viaje vi otra aún más barata y me la tuve que comprar, aunque tengo más de cien camisetas y sé que no debería hacerlo pero es que dos euros por una camiseta de buena calidad no es algo que se vea todos los días.

DesayunoEl mini-bus

A las diez de la mañana el conductor del mini-bus me saludó y lanzamos mis bártulos dentro del vehículo. Yo era el único pasajero ese día así que le pedí sentarme en la parte delantera. Supuestamente llegaríamos a nuestro destino alrededor de las tres y media de la tarde, la distancia total a recorrer eran algo más de doscientos kilómetros por carreteras de esas que te hacen decir ¡Coño! a menudo. Otro mini-bus salía hacia Tamán Negara con dos pasajeros. El hombre era bastante simpático y hablamos durante el viaje contándome todo tipo de cosas de su país. Eligió una emisora de radio en la que hablaban en inglés y así me pude enterar de las noticias y escuchar música de los ochenta, de la época dorada del Pop.

La jungla

La verdad es que el viaje es muy monótono, por carreteras que parecen retorcerse sobre sí mismas y en las que no se puede ir muy rápido, con unos camiones enormes que cargan los troncos de los árboles que están talando por todos lados ya que parece que quieren reconvertir el país en productor de aceite de palma y no se dan cuenta del desastre ecológico que tienen entre manos. Por todos lados el verde era abrumador y la naturaleza lo copaba todo. Después de dos horas y media conduciendo paramos a comer en un lugar que parece ser punto de encuentro para diferentes rutas y en el que todos los extranjeros somos conducidos al mismo Restoran hindú, uno con historia que ya contaré en otra ocasión y en el que seguí el proceso habitual de mirar la comida y elegir a boleo lo que quería. Fue algún tipo de curry con pollo y verduras que estaba muy bueno.

AlmuerzoCargándose la jungla

Después de almorzar nos pusimos de nuevo en marcha y a partir de ese lugar la carretera comenzó a ascender en las montañas. El paisaje es espectacular y poco a poco va cambiando y aparecen plantaciones de todo tipo. Cameron Highlands es un lugar con una temperatura más fresco, ideal para la gente que quiere escapar del bochorno de las tierras bajas. Allí hay un montón de granjas de todo tipo. La carretera parecía haber sufrido un montón en la temporada del monzón y estaban haciendo obras para reparar los trozos que habían desaparecido al completo, que iban desde unos metros hasta tramos de decenas de metros en los que parecía que algún tipo de animal había mordido y arrancado un cacho.

La zona de Cameron Highlands son como tres pueblos distintos y el conductor me preguntó en donde me quedaba. Yo no tenía nada reservado y como varios me habían recomendado el Fathers Guest House le dije que me llevara a ese y una vez allí me acerqué a la recepción para ver si tenían algo disponible. Así acabó mi viaje desde las maravillosas islas Perhentian hasta Cameron Highlands.

El relato del viaje continúa en Séptimo y octavo días. Cameron Highlands


4 respuestas a “Séptimo día. Pulau Perhentian Kecil a Cameron Highlands”

  1. Al menos el minibus no parecía una tartana, cuando hablabas de esas carreteras me imaginaba la típica escena de película de desastres, un bus petado de gente con gallinas serpenteando y patinando en el barro. Me encanta el nuevo formato con mini-fotos.

  2. Igual hago fotos con el teléfono también en el viaje a Estambul y al volver, aunque serán más aburridas, aeropuertos, trenes y el coche del Turco.

  3. ¿No hay manera de ampliar las fotos? Yo lo he intentado sin conseguirlo, porque tenia muy buena pinta esa de «cargando se la jungla», parecía organizada para el tema agrícola…
    Salud

  4. No, no se pueden ampliar. Han sido capadas a ese tamaño a propósito. El teléfono produce imágenes de muy mala calidad, así que primero sufren un tratamiento con un software, después con otro les añado el marco con forma de película además de otro montón de cosas y finalmente las recorto y exporto en un tamaño pequeño. Mi intención siempre ha sido que sean pequeñas y se intuyan las cosas pero poco más. Son fotos tomadas al vuelo,