Silencio – Silence


Siempre me he preguntado lo que habría sucedido en el universo conocido si el Papa no hubiese prohibido a España el ir hacia Asia para conquistar. Igual el mundo era ahora totalmente distinto y el español como lengua servía prácticamente como sistema universal de comunicación. En su lugar, el Papa puso en esa dirección a los portugueses y no tuvieron por allí la misma suerte que los españoles por América. La película que voy a comentar hoy habla sobre los problemillas de los portugueses en Japón. Se titula Silence y en España se estrenó en enero con el título de Silencio y dudo que aún siga en cartelera.

Un par de julays se van al país de la mierda amarilla a investigar la desaparición de un colegui y las pasan putas y canutas

Aquí tenemos la historia no de la expansión del cristianismo por los portugueses en Japón sino como los japoneses anularon esa invasión y la crueldad y el sadismo extremo que mostraron a la hora de eliminar una religión que llegó a ser seguida por un tercio de la población en el sur del país. Nos centramos en dos curillas que entran en Japón de incógnito cuando ya el cristianismo es muy perseguido y que buscan a otro cura que al parecer está preso.

A estas alturas de la historia no hace falta repetir que Martin Scorsese es uno de los grandes directores en la historia del cine y hasta cuando no la clava, consigue cosas interesantes. Sabe como mover la cámara, como manejar la historia y como extraer lo mejor de los actores y ver cine bien hecho y en el que te dejan disfrutar de todo sin menear la cámara es un lujo. Andrew Garfield nos regala otra interpretación de escándalo, la segunda en este año y para mi ya está en la lista de los grandes actores dle presente y del futuro. A su lado tenemos a Adam Driver que particularmente me da un mal yuyu que no veas y que aquí sale tan feo feísimo que me daban ganas de salir corriendo del cine porque es la viva manifestación del monstruo del saco. Increíble como con maquillaje en la Saga de las Galaxias lo dejan más o menos normal. Tenemos dos actos, el primero es la llegada a Japón y como se ocultan y encuentran con los cristianos allí y en el segundo los apresan y comienza el festival del sadismo japonés. En esta segunda parte reaparece el tercero en discordia, Liam Neeson, al que podemos ver bastante comedido. De los japoneses, como no los distingo, no puedo decir si el actor que usaron para todos los papeles (incluyendo los femeninos) lo hacía bien, yo creo que si pero igual fue una ilusión y todos sabemos que yo tengo muy mala sangre con la gente de ese país por motivos laborales. La película es lenta y salvo por un bache en el momento de cambio de acto que casi me tumba, es muy entretenida. Cuando termina sales del cine en silencio y pensando que igual hoy en día nos vendría bien no tener tantos medios de comunicación para deshacernos de chusma y gentuza de la mala, que abunda en demasía.

No es cine para los miembros del Clan de los Orcos pero sí que es algo que deberían ver los sub-intelectuales con GafaPasta.


7 respuestas a “Silencio – Silence”

  1. No sabia que el Papa había metido las narices en ese tema, y me ha extrañado que los españoles le hicieran caso… 🙁
    De todas maneras, las conquistas, son una sangría de gente para las naciones conquistadoras, y si ya Norteamérica medio se les atragantó, no se que les habría pasado con Asia, la dispersión hubiera sido un grave problema para atender todo el negocio, y sobre todo, conservarlo, que es la madre del cordero… 🙂
    Salud

  2. La razón de la existencia de un Brasil portugués fue la línea que hizo el Papa obligando a España a ir hacia el oeste de esa línea y a Portugal hacia el Este. De no ser por eso, ahora mismo en Brasil hablarían un español chulísimo.

  3. Yo no veo esa mierda de canal, salvo que den una peli.
    Pero donde está lo que me dejas para leer ???.
    Que conste que yo leo un montón, pero todo por Internet… 🙂
    Salud

  4. yo pasaría el ratón sobre aquí tienes algo para leer en mi comentario anterior o alternativamente, yo buscaría Tratado de Tordesillas