Solomillo en salsa


Sigo rescatando recetas que he encontrado mientras navegaba en la red y han acabado formando parte de mi repertorio. En esta ocasión le toca a otra receta de solomillos de cerdo, de los que no me canso nunca y que puedo comer de cualquier forma. Es muy sencilla de preparar y muy sabrosa, particularmente la salsa que preparamos para acompañar este plato. La cantidad es como para tres o cuatro personas aunque depende del tamaño de los solomillos y de lo hambrientos que estén los comensales.

Los Ingredientes: 2 solomillos de cerdo, 2 cebollas, 1 vaso de vino blanco seco, 2 cucharadas de pimentón dulce, 1 cucharadita de salsa Worcestershire, 2 cucharadas de nata, aceite de oliva, sal y pimienta.

La implementación: Se pelan y cortan las cebollas en aros y se fríen en un sartén con aceite de oliva a fuego bajo para que se vayan haciendo poco a poco. Cuando estén medio cocinadas se añaden las dos cucharadas de pimentón dulce y se salpimenta. Añadir el vaso de vino blanco y la cucharadita de salsa Worcestershire, la cual os sugiero que no llenéis mucho porque es una salsa bastante fuerte. cocinar durante diez minutos a fuego lento. Añadir la nata líquida y darle un hervor.

Cortar los solomillos en medallones algo gruesos, salpimentar y freír por ambos lados en una sartén con unas gotas de aceite de oliva. Cuando tengas todos los medallones fritos, añadir el jugo de la sartén a la salsa y mezclar bien. Se reparten los solomillos en los platos y se riega con la salsa. Un acompañamiento perfecto para este plato pueden ser papas al horno o arroz blanco y asegúrate de tener también pan para mojar en la salsa porque está deliciosa.

Ya ves que no es nada complicado y el resultado es increíble porque la salsa marca la diferencia con otros solomillos que puedas haber comido.

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