Spider-Man: Homecoming


Cuando llevás más de dos lunas escribiendo el mejor blog sin premios en castellano, vamos, como yo, es que tienes la sensación de que ya está todo escrito y así cuando fui al cine a ver la película del julay-patrañas hice una búsqueda por aquí y resulta que es que parezco Genín contando batallitas, que allá por el 2007 yo ya despotricaba contra Spider-Man 3 – Spiderman 3, del mierdoso Spider-man aquel y allá por el 2012 celebraba el nacimiento de The Amazing Spider-Man y alababa la elección del chamo y en el 2014 comenzaba la decadencia con The Amazing Spider-Man 2: El poder de Electro – The Amazing Spider-Man 2 pero seguía pareciéndome que aquel chamo-araña era mejor que el anterior. Parece que no duró mucho y lo han cambiado, han reiniciado el tema y así llega a los cines Spider-Man: Homecoming que en España se estrena la semana que viene con el mismo título.

Un julay rarito del instituto pá’mí que es mariquita y le van los bostas mulatos

El pavo ese que descubre que además de por el cipote, lefa por las manos y en mayor cantidad, vive en Nueva York con su tía y uno de los Vengadores lo tiene bajo control pero aún así el chamo busca la manera de complicarse la vida y hacer el panoli, mientras sobrevive en el instituto con su amigo el gordo-mulato y se encoña de una negra, o, si eres gringo y no puedes decir colores radicalmente, una pava de origen esclavo-africano y que se importó en el país por chusma y gentuza como el actual presidente para que hicieran las tareas más básicas, pero que sepas que en el resto del mundo concretamos todo eso en una negra. Resulta que hay un tiparraco con alas que es más malo que truscolán independentista y el niño-araña tendrá que luchar contra él o algo así.

El nuevo spider-man está interpretado por Tom Holland, que con veintiún tacos aparenta quince y no se yo si eso es bueno ya que igual habría sido mejor elegir un actor con esa edad, aunque por otra parte, este no va a envejecer, se ha quedado con esa pinta de niño repelente y de ahí no va a cambiar. Está claro que en la escala de los actores está en el grupo que engloba desde los malos a los peores y en la película lo saben y ni se preocupan en taparlo. Pedirle a este pobre que interprete para que los espectadores nos emocionemos es como pretender que un criminal-honorable truscolán entre en razones, es imposible. Lo bueno es que con un buen guión y unos mejores efectos especiales lo tapan todos y realmente te la suda que este niño-hombre desentone, la película es diversión con un acarajotado y su amigo el Bosta en el instituto, uno gringo por supuesto. Esas partes de la película son fantásticas, la vidilla en el insti con sus movidas, sus divas, sus dramas y demás. Michael Keaton es el malo y lo borda y para mi es el protagonista de la película porque en todas y cada una de las escenas en las que sale, no tienes ojos para más nadie. Es fabuloso, brilla con una intensidad brutal y nos hace olvidar la mediocre actuación de Robert Downey Jr. está allí para recoger el cheque. La película divierte y entretiene y si tienes la suerte de verla en el DosDé, como yo, ni siquiera te destrozará los ojos y el cerebro con escenas muy rápidas en las que básicamente no verás nada. Más que una peli de super-héroes es una peli de adolescentes.

Esto les tiene que encantar a los miembros del Clan de los Orcos y dudo que atraiga a los cines a uno solo de los sub-intelectuales con GafaPasta. Veremos si consiguen continuar con la racha.


5 respuestas a “Spider-Man: Homecoming”

  1. Creo que ha batido récord para una peli del arañita, un 8!
    Genín, ni puto caso le hagas.

  2. Pues mira qué bien porque el otro Spiderman no me ponía pero nada, era un soso de cojones. Si puedo, la veo.