Hace casi dos meses fui a ver una película que tenía un trailer que a mí no me ponía nada. Por lo que preveía, era como de movidas de negros en las que se putean entre ellos y se llaman negros unos a otros y después, cuando un blanco usa la misma palabra, se ponen como mariconas viejas gritando en programas de Telajinco. Se trata de la película Straight Outta Compton y se estrena en España en un par de semanas con el mismo título ya que obviamente, todos sabemos que esa frase inglesa se traduce al español como truscoluña no es nación.

Unos julays de color negro se putean unos a otros sin ilusión ni fantasía

Hace casi treinta años, cinco de aquellos llamados negros montan un grupo en el que largan por esas boquitas que les dio su Dios todo lo que les parece. Al principio la gente se asusta porque o parecen delincuentes o realmente lo son. De ahí, se separarán, unos tirarán por un camino, otros por otro y al parecer, comenzarán una revolución social que llega a nuestros días con ciertos auriculares que tienen una letra bé de vaca burra o algo así.

Si te digo la verdad, yo pensé que iba a pegarme la gran sobada en el cine y resultó que la historia es super-interesante y así como quien no quiere la cosa, me vi enganchado a la trama. Sigo pensando que en sus inicios eran un poquito o más bien un mucho criminales pero después algunos se supieron enderezar y hacer cosas interesantes y aunque parezca difícil de creer, ninguno se tuvo que blanquear con cal viva como cierto rey del Pop que hasta se puso la nariz de la Princesa del Pueblo para renegar de su raza y poco menos que se hizo sacerdote católico y se especializó en la asignatura de tocamiento de niños. En fin, que la película nos cuenta un trocito de historia del que yo no tenía ni puta idea de nada. La película dura casi dos horas y media y aún así, se pasa en un suspiro. De entre todos los actores, Paul Giamatti hace un trabajo fabuloso y es además el único actor al que reconocí. Los demás me eran totalmente desconocidos. El director supo mantener el ritmo en todo momento y elegir lo que nos quería contar, además de hacerlo de una manera elegante.

En resumen, un sorpresón de calidad y una película que además de culturizarnos, nos entretiene. Con raperos y criminales, puede atraer a los cines a los miembros del Clan de los Orcos aunque no sé si ellos serán capaces de seguir tanto diálogo con su única neurona. Yo diría que los sub-intelectuales de GafaPasta, al menos aquellos que se arriesguen a ir a ver algo tan extraño al cine, la disfrutarán.