Súper empollonas – Booksmart


A veces, conforme pasa el tiempo desde que fui a ver una película hasta que escribo sobre la misma, cambia mi percepción y este es uno de esos casos en los que me gustaría haberla vuelto a ver porque igual he sido algo injusto y quizás se merecía al menos un puntillo más. En cualquier caso, no es que le vaya a poner una nota terrible pero tampoco la señalaré como una de las que debería ir a ver la gente y quizás sí que se lo merece. Se trata de Booksmart, película que se estrena en España a final de julio con el fastuoso título de Súper empollonas, que tiene que haber sido el resultado de un aquelarre entre los distribuidores.

Dos julays cerebritos en edad del pavo se desmelenan la última noche de instituto o algo así

Dos cerebritos que llegan a su último día de instituto creyéndose las amas del cotarro pero que no han disfrutado de su vida de estudiantes se dan cuenta que el resto, los orcos que tanto despreciaron, también irán a la universidad y se rebotan todas y deciden ir a una de las fiestas pero por el camino irán cruzándose en otras fiestas con sus compañeros de instituto, esos a los que ninguneaban y que resulta que son desechos de la sociedad que hay que tener en cuenta o algo así.

Tenemos a dos amiguitas, una tortillera y la otra obesa, que se dan cuenta que han perdido años de su vida para nada. Son además como que raritas y se plantean ir a una fiesta pero como no tienen trato con nadie del instituto, no saben en donde es. En el camino a la misma, a esa fiesta en la que ambas esperan mojar o algo parecido, irán tropezando con otra gente de clase y se asombrarán porque todos son más normales que ellas. La película tiene momentos hilarantes y en los que te ríes pero también otros en los que pierden el ritmo y aburre. Probablemente, lo de forzar a una de ellas a ser lesbiana por aquello de que es lo que mola hoy en día no ayuda demasiado. Algunas de las tramas secundarias con los compañeros de clase son muchísimo mejores, seguramente porque con ellos no nos tenemos que preocupar de saberlo todo de sus vidas y vamos derechitos al grano. El final desbarró en demasía, se les fue la mano con tanta bobería que no era necesaria y que no aporta nada a la historia. Las dos protagonistas no me suenan de nada, seguro que han salido en alguna película que ya he visto pero no me quedé con sus caras y la verdad que tampoco creo que me acuerde de ellas la próxima vez que se crucen nuestros caminos cinematográficos.

No se, igual debería volver a verla para ver si encuentro aquello de lo que no me acuerdo pero como comedia, no creo que esté a la altura de los niveles bajísimos que esperan los miembros del Clan de los Orcos ni de los niveles altísimos de los sub-intelectuales con GafaPasta. Se queda en tierra de nadie y eso, a una comedia, es de lo peor que le puede pasar.


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