Taal is zeg maar echt mijn ding


Mi segunda película holandesa del 2018 es como no podía ser de otra manera, otra comedia romántica ya que las proporciones hoy en día son de diez a una respecto a los otros géneros cinematográficos. En este caso teníamos una que está basada en un libro que es muy famoso por esta barriada periférica del universo y que yo puedo asegurar y aseguro que no me leí, aunque por los sonidos guturales de la mitad de las chamas que estaban en la sala, ellas sí que lo hicieron y más de una tuvo los pezones duros como piedras hasta que lo terminó o algo así. La película (y el libro) se titula Taal is zeg maar echt mijn ding, lo cual tiene dos posibles traducciones, la literal, que es truscoluña no es nación y la libre indirecta, que es la lengua es mismamente mi cosa, sobre todo cuando mismamente me lo comes. Creo que el fin del mundo llegará antes de que esta película se estrene fuera de los Países Bajos así que rezad para que no suceda muy pronto.

Una julay con calenturas vaginales se encoña de un negro por el maromo y al final descubre que lo que le mola más son los rabos tamaño chupachú

Una chama trabaja de periodista (o de escribidora) en una revista para hembras, de esas con mucho #MITÚ y se aburre de tanto artículo estúpido sobre las bondades de la Quinoa y la variedad de usos de un pepino bien lavado. Su jefa la cambia a otro puesto, uno mucho más atractivo según ella pero vamos, que es tonta o chupó muchas pollas en el instituto porque la ponen en la misma revista pero escrita para los hombres y la mandan a GRAN CANARIA a entrevistar a un capo local de las plataneras o algo así y termina encoñándose del fotógrafo que la acompaña, un negro con menos luces que un agujero negro en el centro de diez galaxias. Supuestamente tiene su vida encauzada pero su padre tiene demencia, su madre es un arretranco, su hermano no es marikita, es M-A-R-I-C-Ó-N y adopta un niño y cuando descubre que no tiene pilas y que caga y llora un montón no le parece glamoroso y con toda esa mierda, esta es más infeliz que un deshonorable presidente de una república que ni existe ni existió.

Básicamente ya he contado toda la historia en el párrafo anterior, salvo por el detalle que su compañero de escritorio resulta ser el chamo que la calienta y acaba la peli con él. Por lo demás, será un libro muy famoso y todo lo que tu quieras pero yo me dormí esperando que fueran a Gran Canaria, que es lo que realmente quería ver. Fueron al norte de la isla, a la zona entre Bañaderos y Guía y hay planos muy bonitos, aunque lo del dueño de plantación de plátanos que parece sacado de una película de mafiosos colombianos es pasarse un poco. El rollo con el negro no aporta nada y supongo que el chamo es muy famoso localmente porque se quita la camisa para mostrar el pecho afeitado y las hembras en la sala se chiflaron todas y el suelo quedó pringado de tanto corrimiento. La película aburre, es previsible y lo de que tiene partes cómicas es estirar el concepto demasiado.

No es ni cine para los miembros del Clan de los Orcos ni para los sub-intelectuales con GafaPasta. Básicamente, es cine para ocultar en los Países Bajos y tenemos que procurar que jamás salga de nuestras fronteras.


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