The Angel’s Share


Al final del verano llega la época tonta a las salas de cine en la que los super-peliculones americanos han agotado su carrera comercial y las distribuidoras relajan el paso y aprovechan para colar un montón de cine de calidad pero que no atrae demasiados espectadores. Uno que disfruta del cine aprovecha para ver montones y montones de peliculas de todo tipo y no es raro que me tenga que organizar una sesión triple si quiero que no se me escapen algunas. Dentro de un mes volverán las obras de presupuestos astronómicos y que se estrenan en un montón de salas y se acabará el ver cine de calidad. Como este fin de semana parece que va de temáticas, si ayer eran las comedias hoy es el cine británico y aprovecho para hablar de la película The Angels’ Share, la cual parece ser que se estrenará en España a finales de octubre.

Un julay primo del Guaca quiere dejar de ser orco pero es que con ese chandal horroroso que lleva no va a poder ser

Un joven escapa a una condena para ir a la cárcel y en su lugar ha de hacer servicio social. Allí conoce a un grupo de compañeros con los que entablará amistad, incluido el guardián que los controla y que de manera desinteresada lo ayuda a desenredar su vida y tratar de salir de toda la mierda en la que está metido. Cuando en una jornada de saborear whiskys descubren un pequeño secreto, a él y a tres de sus colegas se les ocurre una forma de encauzar sus vidas y sacar algo de dinero.

Esta es una película que combina el drama social, con la comedia agridulce y en la que seguimos a un joven que no está más jodido porque no se entrena con más frecuencia y que pese a querer dejar atrás todos sus problemas, la gente que lo rodea hace lo imposible por hundirlo de nuevo. De manera casual descubre que tiene un olfato prodigioso y que lo puede usar en la industria del whisky, ya que puede apreciar detalles en esa bebida que escapan al resto. El guión está muy bien hecho, tenemos momentos hilarantes, escenas con algo de acción, drama social y camaradería y se nota la mano de Ken Loach, uno de los pocos directores británicos que ha pasado del cine americano y que sigue con su cine de autor (y que lleva dirigiendo desde tiempos inmemoriales). Los diálogos entre los actores son fabulosos y es en esas escenas en las que la película gana un montón. Desconozco como van a conseguir traducirla al español sin que pierda gran parte del espíritu que le da el enrevesado acento que tienen. Esta parece que es la primera película del protagonista, Paul Brannigan y espero que tenga suerte porque resulta entrañable y encantador (pero no en el sentido que uno le da a la frase cuando se refiere a esas ladillas sociales que conforman la Familia iReal). Además, tiene una cicatriz en la cara que yo pensé que era parte del maquillaje pero parece ser que es auténtica y que su pasado es muy similar al de la historia que nos cuentan. Al parecer la película ganó el premio del jurado en el festival de Cannes, así que no soy el único que aprecia este tipo de cine (lo cual me reconforta).

Si tienes el carné del Clan de los Orcos, este es un tipo de cine que se te queda muy grande así que ni te molestes pero para los intelectuales de gafapasta, esta es una de esas películas que no hay que perderse.


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