The Children of Huang Shi – Los Niños de Huang Shi


Los dramas históricos basados en hechos reales siempre vienen cargados de plomizas tramas y un desarrollo que queda lastrado por culpa de ese apego a la realidad que le entra a los que trabajan en la realización de la película. O eso, o se les va completamente el baifo y salen por peteneras con algo que pese a estar inspirado en un hecho real, no se le parece ni por asomo. Todos conocemos los cuatro o cinco grandes eventos históricos que se repiten continuamente y que marcan nuestra cultura porque los hemos visto en múltiples versiones desde niños. Por descontado nuestro desconocimiento es casi total cuando se trata de sucesos que acaecieron en Asia como el que nos cuentan en The Children of Huang Shi, una película que se estrenará en España a finales de Octubre o principios de noviembre con el título de Los Niños de Huang Shi.

A un julay novelero le cae un marrón de que te cagas por no andarse con cuidado

En plena invasión japonesa de China, un reportero británico se la juega para intentar hacer unas buenas fotos en una de las ciudades que los japoneses se están trabajando a conciencia. Uno de los jefillos de la resistencia lo salva y lo manda a un orfanato en donde se encontrará que los niños están solos y sin hablar nada del chino tendrá que ingeniárselas para sacar el lugar adelante y salvar a los chiquillos de una muerte segura. Según avanza la invasión, tendrán que emigrar hacia el norte del país en una marcha casi suicida que cambiará las vidas de todos los que toman parte.

Hay historias que te resbalan y otras que tocan alguna fibra extraña. Esta ha sido una de esas. Me fascinó desde el primer segundo y quedé enganchado hasta el final. Jonathan Rhys Meyers hace un soberbio trabajo rodeado de chinos que no se lo ponen fácil y logra superar todos los obstáculos que se le van presentando con una constancia y tenacidad a prueba de todo. En su particular viaje iniciático nosotros asistimos como testigos privilegiados y vivimos intensamente todas las aventuras de este hombre, forzado a convertirse en héroe pese a que lo que él quería era trabajar de periodista. A su lado hay un montón de chiquillos que lo hacen muy bien y unos paisajes brutalmente hermosos que contrastan con las crudas imágenes de la destrucción que acarrea cualquier guerra. Una pequeña joya para disfrutar y paladear mientras aprendemos un poquito de la historia reciente de China.

Absolutamente recomendada para aquellos que son capaces de ver más allá del cine de palomitas y efectos especiales.
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