The Exorcism of Emily Rose – El exorcismo de Emily Rose


Este es uno de esos casos en los que el tráiler de una película te hace ir a verla. Eso y que es de terror y todos sabemos que yo no me pierdo una de miedo ni de coña. The Exorcism of Emily Rose o El exorcismo de Emily Rose como seguro que la conoce la mayoría de los que me soporta debería ser una película de miedo. Si uno ve el tráiler esa es la impresión que le queda. Escenas dantescas, espíritus malvados sangrando por los ojos, gritos en la oscuridad, susurros diabólicos, cosillas como esas pueblan esos noventa segundos en los que tratan de vendérnosla.

Cuando se apagan las luces de la sala y la verdad nos es desvelada, más que de una película de terror se trata del relato del juicio al cura que ejecutó el exorcismo. Queda claro desde el primer minuto de película que la pobrecita Emily Rose no superó tamaña prueba, que la diñó y por eso es juzgado el cura. Esta es una película sobre la lucha del bien y del mal, de los católicos contra el resto del mundo y aunque parezca increíble, la iglesia católica apostólica y romana sale muy bien parada. Es casi un ejercicio de fe.

La vi con mi amigo el turco, que no se cansa de decir que en los países musulmanes no hay posesiones, que eso no es más que ataques epilépticos mal diagnosticados. Ya le he explicado que en la batalla entre los ángeles y los demonios, los católicos jugamos un papel importante y que sólo se puede luchar cuando tu adversario te reconoce. Obviamente su religión es tan patética que ni siquiera la inmemorial lucha entre fuerzas titánicas que tratan de ganarse el favor del Señor merece la pena ser llevada a dicho terreno. Además, qué Ángel va a querer pisar una tierra en la que las tías se tapan del coño pa’rriba y del coño pa’bajo y en la que la carne de cochino y el alcohol no están permitidos. Esa gente ya vive el infierno en vida, así que no merece la pena perder el tiempo en semejantes terrenos. El turco aún no lo ve claro pero intuye que algo de razón llevo.

Volviendo a la película, la dirigió un tal Scott Derrickson, el cual aunque desconocido parece que tiene experiencia en el cine de terror. El hombre no lo ha hecho nada mal. Ha conseguido una historia entretenida, plagada de guiños para el espectador y consigue que salgas del cine pensativo y mirando con recelo a la víbora de tu vecina, esa misma que se pasea desnuda por las mañanas en su jardín llevando únicamente un collar de cabezas de ajos.

Nuestra querida Emily está interpretada por Jennifer Carpenter, una chica de aspecto quebradizo que borda el papel y por la que hay un montón de momentos en los que se siente pena penita pena de verdad. La chabala lo da todo y hace muy creíble su personaje. Está acompañada por Tom Wilkinson en el papel del cura que realiza el exorcismo. Este hombre es un viejo conocido y seguro que os suena porque debe haber aparecido en la mayor parte del cine británico de los últimos mil años.

Así que tenemos una historia muy entretenida, con toques de suspense aunque sin mucho terror y que se deja ver perfectamente. Uno sale tan a gustito del cine, contento de haberse dejado el dinero y con la barriguita llena gracias a esos cubos de roscas de maíz de tamaño monstruoso y a esos refrescos de tres cuartos de litro. La recomiendo para seguidores del género, para parejitas que quieran pasarse una tarde en el cine abrazados y para todos aquellos que sean capaces de asimilar frases de más de treinta palabras de un tirón.
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