The Florida Project


Seguimos en territorio de películas de la filmoteca, con nominaciones a los Oscars (en este caso una sola) y que en el mundillo de los sub-intelectuales con GafaPasta están haciendo algo de ruido, aunque eso no quiere decir que la gente las vaya a ver al cine y puedo confirmar y confirmo que la sala con capacidad para unas cincuenta personas estaba ocupada por unos quince julays y es la única de la cadena poniendo la película, con lo que no atrae a las masas. Se trata de The Florida Project y en España se estrenó este mes con el mismo título, que para aquellos que tengan curiosidad se puede traducir al español como truscoluña no es nación.

Un julay curra en un motel lleno de kinkis y zorrillas

Junto a los famosos parques temáticos de Disney hay un montón de moteles y hoteluchos en los que viven de manera permanente gente que ronda la miseria más absoluta y que trapichea con los turistas que se pasan por allí. En verano, cuando los niños están de vacaciones, matan el rato corriendo de un lado a otro, haciendo travesuras, viviendo sus aventuras básicamente sin supervisión adulta y prácticamente el único que mira por ellos es el encargado del mantenimiento del motel, que hace lo que puede por los chiquillos mientras sus madres y padres, van de mal en peor. La película se centra en una niña con una madre algo difícil y más bien puta y que irá de puto culo según avancen las semanas.

Esta es una de esas historias para concienciarnos socialmente y eso pero que en mi caso no terminó de cuajar. Más que nada lo que me molestó es que dura ciento diez minutos y le sobra fácilmente media hora, escenas completas en las que no sucede nada y que no aportan a la historia principal, tanto con los niños, yendo de aquí para allá como con los adultos. La película es poco consistente, tiene momentos muy fuertes y rodados muy bien a los que siguen otros blandengues y mal acabados. Lo mejor, sin lugar a dudas es Willem Dafoe, que borda su papel y que brilla en todas sus escenas. Es una pena que su actuación sea secundaria y que la cámara se vaya continuamente detrás de los niños. La madre de la niña es uno de esos personajes que parecen incapaces de atraer la más mínima simpatía y que cuando estaba en pantalla te dan ganas de encender el teléfono y dedicarte a cosas mejores. En un principio da la impresión que es adicta a algo pero en la película nunca se ve, solo que es una macarra que no veas, que tiene una pinta asquerosa y que en cierto momento se dedica a la prostitución mientras su hija está en el mismo cuarto del hotel metida en el baño. La trama irá degradándose según pasa la historia y la madre va cayendo en picado. El final es algo tonto y definitivamente, no consiguió despertar ninguna simpatía ni por la niña ni por lo que le ha pasado.

Esto ni de coña, ni en un universo paralelo, ni aunque estén jartos de whisky es algo que pueda gustar a los miembros del Clan de los Orcos, por más que la mitad del elenco sean orcos como ellos. Sí que es el tipo de cosa que a lo mejor mola a los sub-intelectuales con GafaPasta por aquello de disfrutar con el cine social o algo así. Conmigo no terminó de funcionar.


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