The Grudge 2


Ya sabemos que el cine de terror emite unas vibraciones a las que no me puedo resistir y desde que veo alguna película de este género en cartelera siento la necesidad imperiosa de ir a verla. Me da igual que las señales sean negativas. Yo sigo yendo igual al cine. En esta ocasión se ha tratado de The Grudge 2 que no tengo ni idea de como se traducirá al español aunque supongo que será algo así como El Grito 2.

Volvemos a tener a una julay de coño fácil que se va a Japón a ver a la zorra de su hermana y termina suspirando por el micro-pene de un japonés que le hace tilín mientras la casa se sale por la ventana y una chica maleducada y con liendres y piojos se pasa la película apareciéndose a la gente y gritando con una cara de putón verbenero que no veas. A todas estas un promotor inmobiliario quiere construir unos chalet azulejeados que le saquen de la indigencia y le permitan sobornar a unos cuantos políticos.

Es mala. Es de esas películas que lamentas haber visto. No había historia que contar y se limitaron a repetir de nuevo aquello que ya conocíamos con nuevos protagonistas, volvieron a matar de la misma forma una y otra vez esperando que volvamos a tragar el anzuelo. Por poner, hasta rizaron el rizo y al principio sale Sarah Michelle Gellar a la que supuestamente viene a salvar su hermana, muere y la nueva tendrá que apechugar con la maldición esta de la chiquilla de melena asquerosa que sale de los desagües del fregadero y te quiere hacer pupita. En las películas de terror malas lo único que se puede hacer es tomártelas a cachondeo y no prestar atención. Yo me dediqué a navegar por Internet con mi teléfono mientras otros hablaban y un grupo de pre-adolescentes en la edad del nabo se tiraba palomitas de maíz. Cuando comenzaron los títulos de crédito salimos todos a escape del cine, sabiendo que nos la habían metido bien doblada.

No pierdas tu tiempo ni tu dinero con esto. Mándale un correo a tu mejor enemigo y que se joda y sufra en el cine. Ahora que estamos en invierno y no hay que resguardarse en una sala con aire acondicionado, no existe excusa válida para ver este engendro.