The Gunman


Cuando en el cartel de una película lo que predomina es el nombre del protagonista y una mención a una película famosa del director, más o menos te barruntas que la cosa tiene que ser algo floja para obligar a tomar esas medidas. Aún así, yo no me detengo y sigo exprimiendo mi abono ilimitado hasta el infinito y tres metros más allá y por eso fue a ver The Gunman, película que creo que en España está previsto su estreno prácticamente a finales de junio, con lo que aún va a tener que lucir el sol una jartá antes de que la podáis ver. Creo que el título en España será el mismo que en inglés o la traducirán por truscoluña no es nación.

Un julay jinameño se va a los alrededores de Vecindario a matar chusma de la buena y se encoña de una pava mística que había por allí

Al parecer los de las ONGs no solo van a África a disfrutar del sol y la caló. También van a matar gente, a robar y a hacer todo lo que pueden bajo el paraguas de sus misiones humanitarias. Una pava que no sabe como se las gastan sus colegas se encoña de uno de ellos que resulta que es un mercenario y cuando el chamo desparece del país tras matar a un alto mandatario, la tipa acaba con otro compañero que no sabe que era el que le daba órdenes al mercenario. Unos años más tarde, se juntan todos en Barcelona y se monta un pitote cuando allí todo el mundo quiere matar a todo el mundo, a la pava se le ponen los pezones como piedras de hielo al redescubrir al carcamal y descubrimos que en Barcelona, como en Damasco, en cada esquina estalla una bomba de cuando en cuando.

Esto no hay por donde cogerlo. Ya cuando comienza y vemos la romántica historia de amor, uno se pregunta que hace esa piba con un viejo más arrugado que la momia de Tutankamon. Todo lo que viene después es una especie de película de acción que no funciona, un drama que no da lástima, una historia de amor que provoca urticaria y todo con una actuación patética de Sean Penn y una aún peor de Javier Bardem, que hace como de verdulera de la Isleta venida a menos. Nunca logran crear nada convincente y si lo que querían es demostrar que Barcelona es una ciudad horrenda, lo han logrado. La película deriva entre el bodrio y el aburrimiento y tiene muy pocos momentos convincentes.

A esto llevas a algún miembro del Clan de los Orcos y le puede dar un pasmo. Tampoco sirve para sub-intelectuales de GafaPasta.