El género de la comedia parece estar viviendo una época de vacas flacas aplastado por tanta comedia romántica en la que se apura más la parte romántica y se olvidan de la comedia. Ir al cine a echarte unas risas es algo fantástico y que cuando funciona, te hace salir de la sala con las baterías recargadas y listo para vivir otra gran aventura. En el tramo final del verano llega a las carteleras holandesas The Joneses, una comedia que no tiene fecha de estreno para España y que es más que probable que acabe editada directamente en DVD.

Una familia de julays vende más exclusivas que la Princesa del Fango esa con la nariz cambada de Telajinco

Una familia llega a una urbanización de clase media alta y pronto la revolucionan. Lo que nadie sabe es que en realidad no son una familia sino un grupo de profesionales dedicados a la venta y que se harán pasar por una familia perfecta para introducir modas en el lugar e incentivar el consumismo. Aunque todo parece ir de perlas, pronto comenzarán los roces y los remordimientos de conciencia entre ellos.

La idea de la película es bastante fresca y parece funcionar muy bien. Tenemos una familia algo rara, con elementos que en realidad no tienen en común nada entre ellos y que al invadir un barrio de clase alta lo revolucionarán con nuevos productos. Todo esto funciona muy bien, hay abundantes momentos cómicos y un humor algo corrosivo que sin darnos cuenta está criticando nuestra sociedad consumista y la forma en la que seguimos como ganado estúpido a los que establecen las pautas. Lo vemos todos los días a nuestro alrededor, un pollaboba dice algo en su tuiterota y un ejército de bosmongolos lo repiten hasta el infinito y lo adoptan como mantra. Es la sociedad de la desinformación, el paraíso de los marketeros y de los vendedores sin escrúpulos. A la cabeza de esta familia están David Duchovny y Demi Moore y hacen un buen trabajo. Hacía siglos que no veía a ninguno de estos dos actores en el cine y parece que están envejeciendo muy bien, uno con sus arruguitas y sus años y la otra a base de bisturí y kilos de maquillaje. Sus dos hijos son dos jóvenes actores que no conocía y que probablemente podían haber aprovechado mucho más pero por alguna razón que desconozco, la parte dramática le toco a los jóvenes y la más cachonda y absurda a los puretones.

La historia está bien llevada aunque al final se les va la mano un poco pero pese a todo, se pasa un buen rato y te deja pensando en lo fácil que es manipularnos. Por descontado que no la recomiendo para descerebrados y orcos sino para aquellos que usan eso que está por encima del cuello para algo más que peinarlo y maquillarlo.