The Lady in the Van


Sigo en periodo de gracia con buenísimas películas en el cine que hacen que las visitas se conviertan casi siempre en un auténtico placer. Por supuesto, no siempre son películas muy comerciales y me tengo que acercar a la filmoteca y flipar con el chocherío senil que se junta allí para ver la peli, todas tomando su tacita de té o su vinito y con una concentración tan alta de laca para el pelo que me pongo bronceador por si acaso se genera un agujero de ozono local y me achicharra vivo. La película que fui a ver y que atrajo esta fauna tan especial se titula The Lady in the Van y al parecer se estrena en España en dos semanas con el mismo título ya que no les permitieron usar el de truscoluña no es nación

Una julay con el chichi requete-quete-quete-caducado le toca los güevos a un mariquita

Una vieja ancestral y pleistocénica planta una furgoneta en la que al parecer vive en una calle de una barriada alternativa de Londres. Tras tenerla ubicada delante de un par de casas acaba metiéndola en el jardín delantero de un conocido autor teatral y entre ambos surge una extraña relación de cariño o algo parecido. Pasarán los años y la vieja no puede envejecer porque ya era vieja ancestral y la vida seguirá hasta que la diñe.

Yo entré al cine en la ignorancia más absoluta, solo sabiendo que la protagonista es la añoradísima Professor Minerva McGonagall de la saga de Harry chapaPotter. Después de un par de minutos estaba más enganchado a la película que una perra en celo a la pierna de un julay. Es una historia fabulosa y flipante, llevada de una manera excelente, dirigida con mano firme y mucha elegancia y lo mejor con una interpretación EPICA de Maggie Smith. Es mujer, con ochenta y un tacos, hace un trabajo bestial. Lleva a sus espaldas todo el peso de la película y consigue que te emociones con ella, que te rías un montón y que disfrutes cada momento que pasamos viendo su historia y que te parezca un privilegio. A su lado tenemos a Alex Jennings que lo hace bien pero se ve totalmente eclipsado por el poderío de esta mujer. La película roza la perfección, sobre todo en los momentos humorísticos y excéntricos pero pierde el ritmo en el final, que es un insulto al resto de la historia porque te da la sensación de que la acabaron con prisas y corriendo. Aún así, un flipe de historia que vale la pena ver.

Este es el tipo de cine que no soportan de ninguna manera los miembros del Clan de los Orcos y una que es de obligatorio visionado para los sub-intelectuales de GafaPasta.


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