Uno de mis amigos siempre me decía que no le gustaba el cine de terror, que se aburría en esas películas. Lo llevé a una y ahora se apunta siempre y cuando llega el momento de la angustia se encoge en su asiento y me reprocha que lo obligue a ver estas cosas mientras disfruta como un enano. Es lo que tiene el género que mayormente te llevas palos y disgustos pero cuando cuajan una buena película, te lo pasas genial. La película que vimos juntos se llama The Orphan y en España se estrenó a mediados de octubre como La huérfana.

Una familia de julay adoptan a la prima-hermana de la niña del exorcista y la hijaputa les arruina la vida

Una mujer que perdió a su tercer hijo y que acabó traumatizada por la experiencia decide junto con su marido adoptar un niño ya crecidito. Van a un orfanato en el día de puertas abiertas y se encaprichan de una niña adorable y que parece más espabilada que la media. Después de arreglar el papeleo se la llevan a casa y aunque en los primeros veinte minutos parece que todo va bien, pronto la mujer se dará cuenta que aquel bicho es malo de cojones y que tiene su propio plan para arruinarles la vida. Tanto ella como sus hijos tratarán de sobrevivir a ese malaje de chiquilla.

Cuando comenzó la película olía a pallufo. Después de transcurridos veinte minutos mi amigo me preguntó si aquello iba a ser realmente una peli de miedo o si se trataba de algún tostón sin pies ni cabeza. Yo también andaba un poco descolocado porque las muertes no parecían llegar y no habían sustos. Pronto cambió todo y la puta niña de los cojones consiguió arrancarnos gritos y sustos a destajo. El papel está protagonizado por Isabelle Fuhrman, una chiquilla que si se me cruza por la calle me echo a correr y no paro hasta pasarme por lo menos dos pueblos. Que bicho más malo e inquietante. Ella sola genera tensión en la pantalla con sus miraditas y esa suficiencia que destila y que parece despertar algún instinto de malos rollos en nuestro interior. A su alrededor el resto de los actores y actrices procuran pasar desapercibidos para que ella no descargue su ira con ellos porque si se le cruza una por delante, las probabilidades de supervivencia son muy pocas. Los sustos están muy bien logrados y la angustia es de esas que te hacen dejar de mirar la pantalla porque ya no lo puedes soportar. En algunas escenas se ve venir lo que va a suceder pero aún así te llevas el susto igual.

Con un buen guión y una selección de actores bien hecha la película cumple sobradamente su cometido y nos regala casi dos horas de desazón. Totalmente recomendada para ir con los amigotes y disfrutar colectivamente de la experiencia.