The Possession (El origen del mal) – The Possession


Yo llevo semanas temblando de puro gozo y viviendo unas experiencias místicas impresionantes igualitas a las de Santa Terraza solo con el pensamiento de saber y querer conocer que la temporada de películas de terror en los cines está comenzando. Esta es la mejor época del año (o la peor cuando te toca un pallufo del copón) porque prácticamente cada quince días hay una nueva posibilidad de pagar por gritar y taparte los ojos aterrorizado mientras la gente a tu alrededor hace lo mismo y nadie te señala con el dedo y murmura a tus espalda y a ti te importa un bledo. El cine de terror es la semilla de todas las religiones del mundo ya que ahí es donde se demuestra la fe de uno o algo parecido ya que ni yo mismo sé lo que quiero decir. En fin, que la semana pasada fui a ver The Possession película que también se ha estrenado hace poco en España y para la que el retrasado distribuidor habitual encontró el complicado título de The Possession (El origen del mal) que nos recuerda que por más que lo digan, la educación no es ni será jamás universal.

Una puta niña julay te desea todo lo peor siempre como el Marico hechicero de Ginebra ??

Un tipo separado compra (o alquila una nueva casa) en barriada periférica y en un rastrillo típico americano su hija adquiere una extraña caja. A partir de ahí la chiquilla se comienza a comportar de manera extraña y acaba siendo poseída por un espíritu más malo que el ex-presidente ZaPatazos, aquel que hundió Españislavia y el padre tendrá que convencer a un puñado de judíos para que le hagan un exorcismo de los suyos a su hija.

Lo que más me confundió a mí de esta película es que se supone que cuenta la historia de la Dibbuk box, una caja que realmente existe y con la que yo estoy muy familiarizado ya que en lugar de perder mi tiempo viendo Telajinco, yo escucho podcasts y entre ellos está el fabuloso, fantástico y a veces tronchante Misterious Universe en el que dos frikis australianos hablan de todo lo paranormal y en donde han entrevistado en varias ocasiones al dueño de esta caja y han contado un montón de historias relacionadas con la misma, ya que parece atraer la mala suerte y las desgracias. Supongo que para endulzar el tema y acercarlo al común de los Orcos, optaron por poner una posesión y eligieron a una niña repelente que se merecía eso y mucho más. Lo de decir que está basada en hechos reales es una licencia cinematográfica de cuidado porque sí, la caja existe y ciertamente, algunas cosas malas suceden a su alrededor, pero lo de la niña es pura imaginación de guionistas calenturientos. Dicho esto, la historia está bien llevada y sin ser de esas que te sacan la sangre del cuerpo y te aterrorizan, sí que te da algún susto y te pone mal cuerpo de rato en rato. La puta caja es más repelente que un político. En el elenco destaca particularmente Jeffrey Dean Morgan, un actor al que yo confundo con el marido de la Pe cuando no está sin lavar y que me fascinaba en los episodios de la serie Supernatural en los que tomó parte como padre de los legendarios hermanos Winchester. Podrían haber elegido otra niña un poquito más pachanguera pero bueno, tampoco es que hacía falta una actriz de tomo y lomo. La película se atasca en algunos momentos pero en otros te pone al borde de la butaca y tiene un final previsible y que probablemente se presta a una segunda parte si llega a dar mucho dinero. El detalle exótico es que en lugar del ritual exorcista de la secta de los tocadores de niños a la que nos obligaron a pertenecer a muchos desde nuestro nacimiento, aquí optan por el exorcismo judío, algo más exótico y próximo al estilo visual de Telajinco, tu cadena amiga.

Este es cine de género. Si te gustan las pelis de terror, aquí tienes una que se puede ver y que seguramente te guste. Si no eres seguidor del género, puedes pasar de verla. No creo que merezca la pena avisar al Clan de los Orcos al completo pero mejor no ir a verla solo.