Tonio


Sigue la temporada altísima de cine neerlandés y como el gran campeón que las ve casi todas y las comenta, sigo yendo al cine para perderme en historias complicadas y mayormente en movidas sobre la Segunda Guerra Mundial y la ocupación del país por los nazis e historias románticas. Por eso, tropezarte con un drama, drama es un soplo de aire dramáticamente fresco. La película que quiero comentar se titula Tonio, es la película que los holandeses han elegido para representarnos en la competición a mejor film extranjero en los Oscars y a menos que gane, jamás se estrenará en España.

Un julay la diña en un accidente de bicicleta y su padre se agarra un trauma del quince

Un chamo de veintiún años cena con sus padres en Amsterdam, después se va de parranda con los amigos y cuando está regresando a su keli en bicicleta, lo atropellan y un rato de peli más tarde muere. La madre se lo toma mal pero el padre se empecina en unas movidas raras y trata de comprender lo que sucedió a su único hijo y buscar culpables. En esa búsqueda de los últimos instantes de Tonio, aprovechan para hacer un repaso a su corta vida y el impacto que tuvo en los demás.

Aquí no hay mucho espacio para la alegría. Esto es un drama y nos vemos enfrentados al mismo desde casi el inicio. Por la forma en la que montaron la película, el muerto aparece continuamente, en recuerdos, en escenas en las que lo podemos ver de cosas que hizo, aunque siempre desde el punto de vista del padre, un escritor que ve como su mundo explota cuando el hijo muere. La película es muy intensa y toca uno de esos temas que resultan imposibles de comprender, ya que el orden natural de las cosas es que los padres mueran antes de los hijos. Al parecer la historia está basada en la historia real de un escritor y la muerte de su hijo y cuenta más o menos lo que se podía leer en el libro. El director logra capturar la intensidad de muchos momentos y transmite perfectamente las emociones del padre, fantásticamente interpretado por el actor holandés Pierre Bokma. El chaval que hace de su hijo no me llamó demasiado la atención, se limita a moverse como un robot por la pantalla y quizás le faltó algo de sangre en las venas. La actriz que interpreta a la esposa y madre tiene una forma totalmente distinta de copar con el dolor de la pérdida y en la película eso se muestra perfectamente. Supongo que el libro es muchísimo más intenso pero puedo confirmar y confirmo que en algún momento eché una lágrima y que cuando el padre revisita los últimos minutos de su hijo antes del accidente, me mantuve en tensión todo el tiempo pese a saber lo que iba a suceder. En resumen, un buen drama.

No es cine para los miembros del Clan de los Orcos, esto es más del gusto de los sub-intelectuales con GafaPasta. Igual pasa por algún festival de cine y la pueden ver por allí.


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