Llevo esperando este día desde hace casi mes y medio. Estando de vacaciones en las Filipinas me llegó un correo de la cadena de cines a la que estoy requetequeteque-abonado informándome que iban a celebrar el treinta aniversario de la película de hoy volviendo a pasarla en el cine, UNA SOLA VEZ. Además, con mi abono me salía gratis y pese a las horas de diferencia horaria, instantáneamente reservé mi entrada en la segunda fila en el medio, en la sala más grande del Pathé Rembrandt. Después mi vida de contemplación y alegría continuó y el treinta de mayo a las nueve de la noche iba al cine. Al ser una sesión especial y maravillosa, nos regalaron una bolsa enorme de papas fritas y una bebida, todo eso por el módico precio de Ná de ná ya que lo cubría mi abono. El coste real de la película en mi caso fue de 1,19 leuros, cantidad obtenida de dividir los 19 leuros mensuales por el número de pelis vistas. Regresando al tema, hoy viajamos al año 1986, a la película que lanzó internacional y galácticamente a Tom Cruise y de rebote, la película que recuperó para el populacho a cierta marca de gafas. Se trata de Top Gun, la cual en aquel agosto del año 1986 en el que yo estaba en los Estados desUnidos de América, lugar en el que la vi dos veces, en España la estrenaron con el título de Top Gun (Ídolos del aire).

Un julay le quiere hacer chimpún a la profe con ilusión y fantasia

Un piloto retaco y traumatizado por alguna movida de su infancia que no sabemos si se debió a un cura presunto-tocador-de-niños es elegido junto con su compañero y amigo del alma para ir a la academia de pilotos gringa con más fama y poderío, Top Gun. Allí, aprenderá cosillas y tras unas semanas, elegirán a uno que será lo más de lo más. En la academia, resulta que se encoña de una de las profes, le tiene una tirria que no veas a un compañero que es más alto que él y cada momento, todos se suben en los aviones y aquello es un despiporre que no veas.

¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? No puedo comprender por qué se dejaron de hacer películas tan maravillosas. En un cine petado con gente joven, todos flipamos, nos reímos, aullamos, gritamos y alucinamos con una historia a la que las tres décadas no han afectado para nada. Esta es la definición del cine de acción más perfecto. La película no te deja respirar más de dos minutos entre escenas impecables y asombrosas con aviones que hacen piruetas increíbles. Los diálogos son épicos, con decenas de frases que seguimos usando hoy en día, las emociones son fortísimas, se aman como las folclóricas a sus toreros, a morir y cuando mueren, todos se juntan como una piña. Tony Scott bordó un clásico que dentro de un siglo seguirá siendo épico, Tom Cruise hace un despliegue de carisma infinito, la cámara lo adora y él lo sabe. En esa película hizo el papel perfecto. Kelly McGillis tuvo su canto del cisne aquí, después no la volvimos a ver más pero tampoco le hizo falta, rezumaba erotismo por todos lados. Val Kilmer bordó su papel de chulo capullo que no veas y Anthony Edwards es el amiguito acarajotado que todos queremos tener. Por tener, tenemos hasta a Meg Ryan en un pequeño papel antes de hacerse famosísima. Esto es un clásico, la película con la MEJOR banda sonora que se ha compilado en el cine en sus más de cien años de existencia, una selección increíble y que además no tenían miedo de repetir la misma canción dos o tres veces en diferentes momentos de la historia, algo que ya no se hace. Hasta el más acarajotado de los espectadores podía cantar la letra de casi todos los títulos. Esta película me obligó en el año 1986 a ir a un concierto de Kenny Loggins solo por verlo cantar las canciones de Top Gun. Esto es un C L Á S I C O.

Vamos, doy por sentado que es asignatura obligatoria en cualquier sistema educativo actual y escupo a la cara de cualquier miembro del Clan de los Orcos que no la haya visto y me cago en la zorra que parió a cualquier sub-intelectual que no la haya ido a ver.