Toy Story 4


La de hoy debe ser una de las series de películas más ancestrales que existen en la cartelera, ya que comenzaron en 1995 y la cuarta parte nos llega ahora e incluso un lugar legendario y casi eterno como el mejor blog sin premios en castellano solo tiene constancia de Toy Story 3, que se estrenó allá por el año 2010 o así. En nuestros cabezones estos personajes son eternos y los queremos casi tanto como a nuestros enemigos. Esta cuarta iteración en el tema se titula Toy Story 4 y básicamente se estrenó en todo el universo al mismo tiempo y eso incluye España y excluye truscoluña, que no es nación.

El gremio de los julays vive otra aventura, en esta ocasión por culpa de un tenedor de plástico travestido.

Con tantos años de por medio, los juguetes han cambiado de dueño y ahora son de una hija o algo así, que prefiere un tenedor que hizo en el colegio a Woody y cuando se van de camping y el tenedor se escapa porque él lo que quiere ser es basura como los truscolanes. Woody sale en su busca y cuando lo convence de lo importante que es ser juguete de un niño, ambos comienzan a caminar al lugar en el que tiene que estar el vehículo de la familia. Entre medias, el resto de juguetes comienzan una operación de rescate alternativa y los juguetes de una tienda de antigüedades y morralla de carcamales y en especial una muñeca con su sistema de voz por cuerda rota, planea quitarle a Woody el suyo para ser la más mejor o algo así. Con todas estas movidas, tarde o temprano habrá una gran batalla final o eso esperamos todos.

Llevan casi veinticinco años y siguen consiguiendo crear algo mágico. Por supuesto ya conocemos a los protagonistas pero aún así, la fluidez entre ellos, su lógica, la manera en la que se relacionan, es super-hiper-mega tierna y acaba calando. Tenemos una banda de nuevos personajes que llegan para refrescar la historia y que funcionan muy bien, sobre todo los siniestros asistentes de la muñeca de la tienda de antigüedades, que dan un mal yuyu que no veas. Hay risas por un tubo, hay aventuras y como siempre, hay una animación por ordenador impecable y espectacular. Esta es una película que se disfruta de inicio a fin, que nos lleva de regreso a un mundo que conocemos y en el que nos sentimos cómodos. Si no te lo pasas bien viendo la película, hay algo profundamente erróneo en tus entrañas. Si nos preguntamos si en realidad necesitábamos esta secuela, la respuesta es no, pero tampoco necesitábamos veintidós películas del universo Marvel y ahí están y hay otras quince o veinte por venir. Como siempre, si te han gustado las anteriores, déjate querer por esta y te lo pasarás muy bien y si crees que ya eres muy mayor, pues en lugar de ir al cine vete de tiendas a ver si te compras un bastón y un flato que seguro que ya te hacen más falta.

Tanto los miembros del Clan de los Orcos como los sub-intelectuales con GafaPasta disfrutarán de la película acompañados de sus bestezuelas.


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