TRU-BLAD


Este fin de semana recogí unos cuantos kilos de uvas en mi jardín y cogí el caldero gigantesco de los mejillones y he producido una de las mejores mermeladas caseras que se han conocido en la historia de la humanidad. Por supuesto las cosas no son tan sencillas así que comencé desde días antes rastreando las tiendas de una cadena para comprar botes en los que guardar la mermelada y no los buscaba demasiado grandes. Después tuve que esterilizarlos, hirviéndolos durante treinta minutos para asegurarme que ni una sola bacteria anida en su interior. Eso lo hice justo antes de preparar la mermelada, proceso que requiere recoger los racimos y en mi caso, los pasé treinta segundos por agua hirviendo para limpiarlos y después fui echando las uvas en el vaso de la batidora. Las batí ligeramente, puse el jugo con cáscaras y semillas en un caldero, añadí azúcar, siguiendo la sagrada proporción de cuatrocientos gramos de azúcar por kilo de fruta y lo completé con el zumo de medio limón para las cantidades anteriores. Después lo puse a hervir durante una hora removiendo de cuando en cuando sin tapar y en algún momento se produjo la magia y surgió la base de la mermelada. Al acabar lo dejé enfriar un poco y después lo filtré por el pasapuré y así prácticamente todas las semillas quedaron fuera de mi mermelada y la cáscara se convirtió en pulpa. Con el resultado, llené los botes, los cerré y los herví totalmente cubiertos de agua durante diez minutos para que se sellen y se haga el vacío. Tras todo este trabajo que en realidad no es tanto, acabé con un montón de mermelada que he denominado TRU-BLAD. Ahora solo falta que se añeje un par de semanas y estará lista.

Creo que en total he hecho hasta ahora unos cinco kilos de uvas y esta semana igual me pongo y hago un par de ellos más, aunque ahora estoy usando botes más grandes. Esta tarde al llegar del trabajo y después de preparar la cena, un delicioso plato de Guisantes con salchichas, me lancé al jardín, cogí la tijera cortasetos que me compré este verano y arrasé con los setos que estaban fuera de control. Después arranqué dos hortensias de raíz, un trabajo en el que me estoy convirtiendo en un experto ya que este verano me he deshecho de al menos diez y para cuando me quise dar cuenta mi contenedor ya estaba totalmente lleno. He apalabrado que mañana pillaré el de mi vecino y de paso le corto la hierba de su jardín, que el hombre está pachucho y no puede hacerlo. Después haré lo propio con lo mío y podaré otras hortensias, aunque en este caso sin eliminarlas, simplemente reduciré su tamaño desde los casi dos metros a cuarenta centímetros y el año que viene se lo tendrán que currar y comenzar de nuevo a crecer. Al ser un rincón que solo produce flores y siempre al final del verano, sigo considerando el arrasarlas y crear en la zona un pequeño huerto, quizás con tomateros.

Ahora solo me queda resolver una duda; el año pasado me compré una segunda parra, de uvas blancas y la puse en un lado del jardín que es muy obscuro. La quiero transplantar a otro lugar más soleado y lo quiero hacer en noviembre, cuando la parra esté dormida y ya no tenga hojas. Me pregunto si la pobre planta sobrevivirá al cambio o será algo mortal. En el pasado he tenido éxito trasplantando pinos, hortensias y otros setos, pero éxitos pasados no garantizan el de este pequeño proyecto, sobre todo porque es un tipo de planta distinta.


11 respuestas a “TRU-BLAD”

  1. Mándame un bote de esa mermelada, que me has metido gusanillo de probarla! Desde luego de uva nunca la he ni visto…

  2. es una delicia solo al alcance de unos pocos. Al parecer la gente desperdicia las uvas haciendo la mierda esa que llaman vino y que da dolor de cabeza en lugar de crear un nectar divino e irrepetible como hago yo

  3. No creo que le pase nada a la cepa si la trasplantas cuando está dormida, sobre todo si tienes cuidado y no la arrancas con raíz desnuda, con un buen cepellón debería ser y ahondando profundamente, al menos mis cepas tienen raíces muy profundas de modo que si no se arrancan profundamente al cabo del tiempo vuelve a salir el portainjertos, eso se ve mucho aquí cuando arrancan parcelas enteras porque cambian de cultivo, las uvas cada vez son menos rentables.
    No me jodas Sulaco, una cosa es que el vino casero que tu pudieras hacer ahí fuera una mierda y otra cosa muy distinta que lo sea un buen Rivera del Duero o un Rioja, por no hablar de los franchutes, lo que pasa es que a ti no hay dios que te saque de la cerveza y no te va el vino, pero para esos platos hipercalóricos que tu preparas, un buen tinto mejoraría su ingesta y su digestión un huevo y parte del otro :).
    La mermelada de uva no es mi preferida, no lo son las mermeladas en general, y menos mal porque tienen azúcar que te cagas y en mi ultima analítica estaba en 119 cuando el limite es de 100, no tengo que medicarme pero ya me he puesto a reducir drásticamente la ingesta de azucar, la Diabetes es «mu mala» compañera… :))
    Salud

  4. Genín, cuidado con el azúcar, tienes toda la razón, es «mu mal» compañero, y traidor como pocos.

  5. Genín, la cerveza no me da dolor de cabeza. El vino, con un vasitito chiquitito que me beba, tengo dolor de cabeza garantizado para el día siguiente y a mí salvo por el vino, la cabeza me duele una vez cada dos o tres años, con lo que la explicación obvia es que las uvas no las hizo ni este ni ningún otro Dios para el vino, sino para la mermelada y en el caso de las blancas para el gazpacho blanco. Me puedes poner un Valdepeñas o un garrafón Alemán y ambos me saben igual de mal porque tampoco me gusta el sabor del vino. Es aburrido y repelente. Al parecer los fabricantes han sido tan estúpidos que jamás han aprendido a jugar con los ingredientes. Mira las cervezas, con chocolate, caramelo, cilantro, limón, cáscara de naranja, plátano y otro montón de productos que marcan las cervezas de manera única e irrepetible, salvo por las Pilsen que son como el vino, aburridas y en el caso de esas cervezas, básicamente meados de vieja y si es alguna marca gallega, meados de meiga.

  6. Yo también bebo cerveza, pero el vino, sobre todo el tinto, me encanta y beba lo que beba nunca me duele la cabeza, claro que no bebo «Tetrabrick» procuro que sea siempre de una calidad aceptable, de lo contrario no merece la pena 🙂
    Salud

  7. Virtu, la he cortado radical, en realidad era el yogourt griego, comía demasiados y azucarados, ahora me he pasado al natural desnatado sin azúcar porque también me ha hecho engordar, es muy rico pero tiene muchas calorías el griego :(…
    Salud

  8. De vuelta de las vacaciones y con mucha tarea pendiente de leer, a ver si me deja, porque me fui sin poder leer más de dos páginas, porque me echaba directamente. Me estresas de mala manera con tanta tarea. Por cierto, el nombre que le has puesto a la mermelada me recuerda a esa serie que tanto nos gusta, ay mi Erik, que no le haya pasado ná, aunque esta última temporada casi no la he seguido, porque me ha resultado un coñazo. No sé tú que opinarás.

  9. hay un límite a la cantidad de páginas que puedes mirar por minuto. Creo que está en 10.

    Sobre Erik, si miras el último episodio tendrás un integral que se hizo que dejó a la mujer del Turco sin uñas …

    la próxima será la última temporada. El otro vampiro está muy pero que muy envejecido y se supone que son inmortales.

  10. El vino a mí también me da dolor de cabeza. Pero reconozco que hay vinos que están buenísimos. Yo, puede que me beba un vasito cada 4 años (porque lo pasaba mal con el dolorcito cada vez que lo probaba). Ahora solo lo pruebo cuando me aseguran (los expertos) que es de los buenos; y aún así, la cabeza se resiente. está claro que el alcohol conmigo no resulta.