Un buen partido – Playing for Keeps


Hay dos palabrejas que cuando las juntas, producen una alergia insidiosa y terrible a muchos de mis amigos. Se trata de comedia romántica. No sé por qué les parece normal llegar a casa y empalar a la parienta hasta que vomite leche machanga pero se niegan a sentarse a ver una película en la que el tema se trata con más delicadeza y al mismo tiempo intentando hacerte reír. Por suerte yo solo discrimino por guiones basados en historia del retrógrado católico Tolkien o dirigidas por Peter «más de 3 horas de efectos especiales» Jackson y creo que se me escapan muy pocas de estas comedias. Dicho esto también tengo que confirmar que no siempre funcionan y a veces tropiezo con un garbanzo duro y malo y en otras ocasiones la cosa sencillamente no tiene gracia, que fue precisamente lo que me pasó con Playing for Keeps, película que en España estuvo en cartelera en diciembre con el título de Un buen partido.

Un julay usa a su hijo para intentar volver a ponerle la pierna encima y que no levante cabeza a la tonta penca de su ex

Un tipo que en su momento fue un estrellón del fútbol ha perdido todo el dinero y ahora es un pobre desgraciado que viaja al lugar en el que vive su ex para pasar más tiempo delante de su hijo. Allí acaba convirtiéndose en el entrenador de fútbol del equipo de los niños y copulando con las madres desesperadas de muchos de ellos que parece que no saben que en todos los supermercados hay sección de carnicería y no dejan de darle la lata para que les meta su salchichita en su almejita. Por supuesto la chispa del amor vuelve a saltar con la madre de su hijo y el se pasará el día haciendo boberías para llamar su atención.

Cuando no han pasado ni diez minutos de los ciento y poco que dura la película ya sabes que esto es más bien un telefilm, una película de esas que hacen directamente para televisión. No es que haya nada malo en el género es que están más bien pensadas para que si te echas una siesta no te pierdas nada. Repiten situaciones todo el tiempo y eso las vuelve aburridas y la parte cómica no termina de arrancar. Si a eso le pones que Gerard Butler definitivamente no funciona aquí y su marcado acento termina poniéndote de los nervios, bueno, eso y el pelo enlacado hasta niveles dantescos y llegas a un punto en el que te da igual que lo hayan rodeado de gloriosas cuarentonas de Hollywood que vivieron su momento de gloria en algún momento del pasado como Jessica Biel, Uma Thurman o Catherine Zeta-Jones. Todo está demasiado enlatado, es predecible, sabemos como acabará la película y el niño que usan como engodo y para justificar el tema no da la talla y carece del carisma que tienen otros chiquillos a su edad. El chiquillo tiene un montón de pecas en la cara pero puedo confirmar y confirmo que éstas no saben actuar y da igual que se vean bonitas, el sopor te llega de la misma manera. La historia falló por múltiples puntos y nunca llega a despegar y se mueve en la línea que separa lo malo de lo mediocre, asentándose en esta última orilla.

No merece la pena darle más vueltas. No creo que un miembro del Clan de los Orcos con carné en regla la vaya a ver a menos que sea con su parienta y únicamente porque esta lo pone como condición necesaria e imprescindible para comerle el cipote y el resto también la ninguneará.

05/10

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