Un catastrófico viaje a Roma


Aunque pienso comenzar quejándome, por lo general tengo un montón de suerte y mantengo una complicada programación de vuelos y visitas a lugares que ejecuto impecablemente. Mi última escapada de fin de semana de este año 2014 era a Roma y tenía lugar entre el viernes y el domingo de la semana pasada. El miércoles, tras llegar a mi casa a las cuatro y media de la tarde, recibo un mensaje de Ryanair en el que me informan que mi vuelo ha sido cancelado. En los siguiente cuatro minutos, abrí múltiples pestañas en mi Firefox y comencé a controlar las alternativas. Desde Holanda, podía ir con Easyjet, KLM, Alitalia y Vueling hasta Roma. Comparándolas todas, el billete más barato era el de Vueling, del grupo liberia y en un periquete compré una ida para volar por la noche a las 20.10. El medio día de vacaciones que había pedido lo cancelé y solicité la devolución del dinero a Ryanair. Después investigué la razón de la cancelación y resultó que había una nueva Huelga General para el viernes en Italia, solo que como allí son profesionales de no trabajar pero seguir cobrando, las hacen de medio día, entre la una y las cinco de la tarde y con eso joden a una parte considerable de los viajeros y todo el transporte público. Los italianos son maestros de hacer huelgas pero no parece interesarles el tener buenos partidos que los gobiernen, prefieren el chanchulleo y el trapicheo.

El viernes, opté por trabajar desde mi casa y sobre las cuatro y pico de la tarde me acercaba a la estación en guagua. El motivo para no ir en bicicleta es que estamos en pleno monzón y no quería llegar a la estación enchumbado. Desde allí salí para el aeropuerto en tren y llegué con abundante tiempo. A esas alturas, la huelga había acabado en Italia y mi avión seguía estando en hora. Al subir desde la estación subterránea a la terminal, vi que el avión de Easyjet tenía dos horas y media de retraso y ya anunciaban que daban un vale de comida a los pasajeros y el mío seguía en hora. Pasé el control de seguridad, llené mi botella de agua vacía en uno de los bebederos de seres humanos e inhumanos y busqué la puerta de embarque para echar raíces. Mientras estaba allí viendo series en mi iPad me acordé que no tenía dinero en efectivo y me acerqué a los cajeros para extraer algo de guita de los mismos. Al volver a la zona de la que salen los vuelos de liberia y Fuelin, todo el mundo corría en dirección contraria y entonces vi que mi avión tenía dos horas de retraso y salía de otra terminal. Busqué el nuevo lugar y me puse a controlar con la App FlightBoard la salida del vuelo desde Roma. Aunque anunciaban dos horas en Holanda, en Italia decían que el avión salía con dos horas y media y llegaba a Holanda con el mismo retraso. Por supuesto, a los pasajeros ni agua del grifo, una de las características que distinguen a las compañías del grupo liberia del resto y Vueling pertenece a ese grupo. Mientras, los pasajeros de Easyjet disfrutaban de comida y bebida gratis (hasta cierta cantidad de dinero). La nueva hora de salida de nuestro avión era a las diez y media de la noche según las pantallas y según mis cálculos, las once y media de la noche ya que el avión aterrizaba en Holanda a las once y diez, con lo que salvo milagro podíamos despegar cuarenta minutos antes de que aterrizara. Imagino que todo el trapicheo de horas era para evitar el pagar nada. A las once y diez llega el avión, con las pantallas indicando que estábamos embarcando y la pava que hace de azafata de tierra quitándose las ladillas de los pelos del potorro y nada, que todo el mundo en fila y ella como que la cosa no iba con ella. A las doce menos diez, por fin nos dicen de entrar en el avión, vamos todos en tromba y la azafata consiguió el trabajo por sus excelentes virtudes debajo de la mesa del que la entrevistó. En un avión que iba desde Amsterdam a Roma, ella le hablaba a todo el mundo en español y la gente no se enteraba de nada y a ella como que no le preocupaba. La chica era el vivo ejemplo de como saber sorber un pene te lleva más lejo que los estudios. Obviamente no le dieron el puesto por sus dotes profesionales ni su don de lenguas. Con el avión lleno y todo cerrado, echan las cortinas de la parte delantera y allí no pasa nada. A las doce y veinte, el piloto avisa que el avión se escoñó y que han conseguido arreglarlo y nos vamos en dos minutos. La capacidad de comunicación a los pasajeros de ese equipo debería servir de ejemplo de lo que no hay que hacer. Abrieron las cortinas y salimos. Llegamos a Roma a las dos y veinte de la mañana y la azafata políglata que más que seguramente es una maestra en el arte del chupeteo de miembros viriles decidió que en las dos horas de vuelo había aprendido el italiano y trató de decir en ese idioma que aterrizamos a las dos y veinte, solo que en lugar de DUE E VENTI dijo DUE E TWENTY, con lo que quedó por pollaboba total y allí se rió de ella hasta el último. Salimos del avión a escape pero por supuesto, es Italia y no hay transporte público, por lo que la única opción era coger un taxi para ir a los hoteles o esperar hasta las cinco y media de la mañana para ir en guagua o en tren a la ciudad. Pillé un taxi y vine llegando al hotel a las tres de la mañana. Ya me habían informado que la recepción del hotel al que yo iba no estaba abierta y tenía que ir al hotel del edificio colindante, ya que ambos comparten propietario. Al entrar, el hombre me dijo que me cambiaban a ese y así, en lugar de dormir en el hotel Massimo, lo hice en el Galileo, de más estrellones y calidad. Fui directo al catre y como no quería hacer un Virtuditas, puse la alarma de mi teléfono para las ocho y veinte y así estar listo para echarme a la calle sobre las nueve de la mañana.

El relato continúa en Un recorrido por las maravillas del barroco en Roma.

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9 respuestas a “Un catastrófico viaje a Roma”

  1. qué bonitas las huelgas de Italia, en mi último viaje a Bari, intentando tomar un tren, de repente había una huelga ese día y tuve que dejar la excursión para el día siguiente. Así es Italia. Pero tú por lo menos tienes posibilidades de cambiar el vuelo y volar desde otro sitio, a mí eso, viviendo en el culo del mundo, no me pasa, si me anulan el vuelo, me jodo sin viaje.

  2. Con Roma es fácil. Si hubiera sido Bolonia, Florencia o Nápoles, voy jodido. El año pasado me pilló otra huelga cuando fui a Turín y me mamé otro montón de horas en el aeropuerto.

  3. Pues un destino que no deberías dejar pasar ahora es Rusia. Con el batacazo que se está pegando el rublo te veo bañandote en champagne con un par de rusas de esas que te gustan.

    Díme que tú no has tenido nada que ver con la caida del rublo con lo que te gustan a tí esos seres.

  4. El precio de la visa creo que es de casi cien leuros y pierdes un día laborable para que te la den ya que has de ir a su embajada/consulado o lo que sea. Además, ir al país es complicado y para lo que yo hago, que son escapadas de unos días, no me llama la atención. Cuando permitan la entrada sin pagar y haya líneas de bajo costo, igual me lo planteo pero por ahora, está en mi lista de ninguneados.

  5. Que pesao!
    Yo estoy mirando China, que sale tirado de precio, paquete completo, el tema es que son muchos días, demasiados. Otra opción son los fiordos, pero eso más en verano, porque ahora a las tres de la tarde allí es de noche cerrada, y a pesar de lo que insiste sulaco una y otra vez, me encanta aprovechar los días.

  6. Claro, saliendo de la cama a las once y del hotel a las doce tras la restauración, no tienes muchas horas de luz. Lo bueno de China es que en el precio va incluido el tema de los tres días de dieta diarreica, que te pillará seguro. Es fabulosa para dejar atrás las lorzas que se acumulan por ciertas partes.

  7. Virtuditas los fiordos te lo recomiendo. A mí ha sido el viaje que más me ha gustado de todos los que hecho. Lo hice en junio, era de día hasta las 11 de la noche, valga la redundancia y se aprovechaba el día una barbaridad. Unos paisajes de ensueño y una comida de mierda para mí, que no me gusta el salmón y carísima, una hamburguesa te podía costar 20 euros. Por lo demas, un viaje que no te puedes perder.

  8. Eso de poder quedarse en casa a trabajar, es todo un lujazo.
    Lo de que las azafatas hablen el idioma que no corresponde, no es ninguna novedad; pasa en muchos vuelos (al menos esa es mi experiencia).

    Virtuditas: Darliz tiene razón, los fiordos son una maravilla. Aunque, en mi caso, es el segundo mejor viaje que he hecho (el primero es Finlandia). Pero Noruega vale mucho la pena.