Un cuarto de siglo currando


25años

Cuando algún empleado de la multinacional para la que trabajo cumple el cuarto de siglo en la empresa se organiza una celebración. Supongo que en todos lados será igual. El colega recibe un regalo, que creo que en esta época es un precioso reloj y un plato de cerámica que vale unos cientos de euros, tiene un par de días libres y una paga extra. Habitualmente con ese dinero invitan a un montón de gente a algún bar o restaurante y hay una comida o unas bebidas gratis para celebrarlo. Además, los compañeros ponen dinero y se le compra algo y se organiza una ceremonia de humillación que implica adornar la planta del edificio en la que trabaja y poner carteles por todos los edificios anunciándolo para que todo el mundo lo sepa. Esta es una buena razón para cambiar de compañía después de veinticuatro años de trabajo. A los holandeses parece encantarles este ritual y se curran un montón lo de la decoración y la ambientación.

En la foto podéis ver el vehículo que le organizaron a uno de los jefillos la semana pasada para celebrar su cuarto de siglo de entrega abnegada a la empresa. Es una especie de oficina móvil que pusieron a la salida de los ascensores y que en la parte delantera tiene varias fotos de este hombre. Lo obligaron a sentarse en el cacharro y escuchar el discurso de felicitación ahí mientras una multitud lo homenajeaba.


4 respuestas a “Un cuarto de siglo currando”

  1. Cristo bendito… ¿y no hay asociales que pasan de ser homenajeados, aun a costa de ser marginados?

  2. En mi caso nadie sabe cuando es mi cumpleaños (salvo los amigos) porque no me gusta el tipo de celebración patria, sobre todo la celebración laboral, que siempre me ha dado mucha grima.

    Y sí, los hay. Se limitan a coger el dinero y el regalo que les entregan los de recursos inhumanos y salir a la chita callando sin decir nada a nadie. Son los menos porque la tradición de la humillación pública está muy pero que muy arraigada.

  3. Pues como veo muy improbable que aguante tanto tiempo en una misma compañía me encanta. Sobre todo la parte de humillar a tu jefe huahuahuahuahua!