Hace tres semanas la película sorpresa resultó ser una comedia del Inserso, con un montón de actores ancestrales y que llevan en el candelabro desde antes que se inventara el cine. El trailer ya lo había visto y tenía la impresión que podía ser algo bueno así que no salí corriendo del cine como un tercio de los espectadores, que huyeron como si hubiese entrado un truscolán en la sala y no podían aguantar el hedor de esa ralea. La película era Going in Style y se estrenó en España hace un par de semanas con el título de Un golpe con estilo.

Tres julays momificados planean un robo a un banco

Después de que los jodan bien jodidos, tres ancianos están jodidos y sin pagar y deciden organizar un robo a un banco para recuperar aquello que les han quitado. Asesorados por un ladrón profesional y pese a sus limitaciones motoras, los viejillos se currarán el plan perfecto para hacerse con el dinero. Por suerte, la pasma parece que contrata a acarajotados y no darán pie con bola.

Al parecer esto es un remake de una película que estuvo en los cines hace casi cuarenta años y que seguramente algún comentarista recuerda entrañablemente pero puedo confirmar y confirmo que yo no he visto ni veré. Pese a estar sobrados de actores buenos, el problema es que el guión es muy flojo y la parte cómica de la película en muchos momentos nos suena demasiado a conocido, es como si hubieran hecho un refrito de cosas que ya hemos visto. Me sorprendió encontrar como el poli a Matt Dillon, actor que estaba predestinado a ser uno de los más grandes pero como que se estampó. Morgan Freeman y Michael Caine se apuntan a todo lo que huela a dinero y no tienen ni que hacer un esfuerzo ya que son grandes actores. Eso sí, se nota su falta de interés en el vehículo que les llevó el tan ansiado dinerito a su cuenta corriente. Preocupa un poco que pese a durar poco más de hora y media, mirarás el reloj en alguna ocasión, lo cual no es una buena señal. Puedo vivir con muchas de las chorradas que se ven durante la película pero me dio la sensación que los vuelcos necesarios para tener un final feliz fueron algo excesivo, hubo un momento en que aquello estuvo a punto de convertirse en una película de ciencia ficción.

El humor se fundamenta demasiado en diálogos y todos sabemos que los miembros del Clan de los Orcos tienen una capacidad de concentración muy limitada así que no creo que funcione con ellos. Tampoco tiene el caché necesario para los sub-intelectuales con GafaPasta. Por desgracia, es una película que está bien pero que si te la pierdes, no pasará nada.