Un largo viaje a Sofia


Si llego a saber en donde me estaba metiendo, jamás de los jamases habría comprado los billetes para ir a Sofia la semana pasada. El problema es que estas cosas se planean con medio año de antelación y cuando lo hice, no tenía ni idea de que cinco días más tarde comenzaba una escapada de tres semanas a Asia que requiere más planificación. La cosa se me complicó tanto que una semana antes de escaparme, aún no había buscado ni el lugar en el que quedarme y cuando miraba las diferentes opciones, no me gustaba lo que encontré y opté por ser un poco más creativo y me creé un perfil en el sitio ese llamado aireb-nb. Una complicación adicional e inesperada es que el avión volaba en sábado por la mañana muy temprano para poder llegar al aeropuerto de Eindhoven usando el transporte público. Mis opciones eran tres. Ir a Eindhoven el viernes y dormir por allí, viajar a las tres de la madrugada y llegar a las cuatro a la estación de tren y esperar en la misma tres horas hasta que saliera la primera guagua o ir en la guagua que va al aeropuerto pero que en Utrecht para en el sexto coño y pasa por allí a las cinco de la mañana, con lo que necesitaría también ir en taxi hasta ese lugar. Elegí la primera opción y aprovechando el descubrimiento de aireb-nb reservé un catre en una casa de un julay que vive cerquita del aeropuerto.

El viernes, salí de mi casa con la mochila de treinta litros y el equipo tradicional y después de una sacrificada jornada de trabajo, a las cuatro y un segundo me iba a la estación de tren para viajar hasta Eindhoven. Esa parte del plan transcurrió sin problemas y como iba con tiempo, aproveché para ir al cine en esa ciudad y así añadir un nuevo Pathé a mi lista de cines en los que tengo acceso ilimitado, aunque si soy deshonesto, hace casi quince años ya había ido a ese cine, junto con el Chino y otros colegas. Cené en el centro de la ciudad, me vi una peli y después fui en guagua hasta la keli del colega que alquilaba habitaciones. Por circunstancias de la vida que seguramente no tienen nada que ver con el azar, la casa estaba cerquita del Hovenring, una de las obsesiones habituales de Genín y otros comentaristas.

El Hovenring

El Hovenring, originally uploaded by sulaco_rm.

El Hovenring es una rotonda para bicicletas en alto que sucede que es la primera de su tipo en el universo conocido o por conocer. Se ha especulado mucho con el significado de su nombre, y aunque muchos apuestan por el truscoluña no es nación, lo cierto es que significa el anillo de los Hovens y esto último se refiere a que esta rotonda está en la encrucijada que te permite ir a Eindhoven, Veldhoven o Meerhoven. Aunque se considera una rotonda, en realidad esto es un puente circular de setenta y dos metros de diámetro.

Después de hacer la foto, me acerqué a la keli de mi casero, toqué el timbre y me planté allí. Nos tomamos un cafelito, marujeamos durante un par de horas y después me fui a mi dormitorio a dormir. Por la mañana a las siete y diez, fui a la parada de guaguas y seguí mi ruta al aeropuerto. En la parada había una pareja con tres unidades pequeñas que seguramente durmieron en un hotel que hay cerquita y que yo no consideré porque la habitación me salía a precio de puta con dientes y no me lo quiero ni puedo permitir, además, una vez te acostumbras a los masajes con las encías, hasta lo prefieres. Llegamos al aeropuerto con tiempo suficiente, me compré cosillas para desayunar, pasé el control de seguridad, me comí el desayuno, me puse en la cola de los pobres (sin prioridad) y a la hora esperada comenzó el embarque.

El vuelo era con Wizzair y elegí sentarme en la parte trasera del avión por aquello de que allí mueres más rápido y sufres menos. Sofia está a dos horas y cuarto de viaje más la hora de diferencia horaria con lo que vinimos llegando allí sobre las doce y media. Los vuelos de aerolíneas pachangueras te dejan en la terminal vieja que es como un paseo gratuito por la época comunista. Tras el control de pasaporte, fui en micro-guagua a la terminal 2 y allí cogí el metro para ir al centro, una línea que se ha inaugurado este mismo mes (las cuatro paradas más cercanas al aeropuerto). Desde la estación, fui a la keli en la que reservé la habitación y su dueña me recibió y me lo explicó todo.

Podría seguir contando el relato del viaje pero voy jodido de tiempo así que continúo mañana y lo dejamos por aquí.

El relato continúa en Caminando por el centro de Sofia

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