Un largo viaje – The Railway Man


Las numerosas guerras en las que los humanos siempre andamos metidos han acabado por crear un subgénero cinematográfico, con dramones del copón que nos cuentan las desgracias ajenas y los estragos que producen esos conflictos en las personas que los viven y padecen. Este cine no es apto para todos los estómagos, ya que cuando entras a la sala ya sabes que te van a drenar casi toda la energía positiva que llevas y lo que vas a ver es muy duro. Esto no me detiene y así fui el otro día a ver The Railway Man, película que se estrenó en España el año pasado antes de las navidades con el título de Un largo viaje.

Un julay un poco acarajotado echa de menos al primo-hermano del Güaca y regresa a Tailandia a encontrarse con él

Un chamo que durante la Segunda Guerra Mundial trabajaba en Asia y fue capturado por los japoneses y obligado a trabajar en un campo de trabajo, sigue traumatizado con las cosillas que le hicieron allí. Conoce a una pava en un tren y acaba casándose con ella y la pobre descubre al poco tiempo que el colega es rarito que no veas y tiene unos mejunjes emocionales como los de los gritones comentaristas de los programas de Telajinco. Cuando el chamo se entera que el capullo que lo torturaba sigue vivito y coleando, viaja a Tailandia a vengarse y finiquitar al capullo amarillo pero las cosas no son tan sencillas y el encuentro no saldrá como esperaba.

Esta es una preciosa historia íntima de un hombre atormentado por su pasado y que cree que la solución está en la venganza, aunque cuando se le presenta la oportunidad para llevarla a cabo, las cosas se complicarán y no podrá hacerlo. En las guerras sale a la superficie lo mejor y lo peor que llevamos dentro y en el caso del personaje interpretado por Colin Firth, lo pasó tan mal que terminó arrastrando un montón de secuelas sicológicas, a primera visto no aparentes pero que están ahí, agazapadas y esperando para salir a la superficie. Cuando conoce a una chica y se casa, ella descubrirá que de cuando en cuando el hombre se pone fatal y ella no puede hacer nada para ayudarlo. La película toca un montón de temas y lo hace de una manera muy hermosa. La amistad, la lealtad, el amor, la venganza, pasamos por todos ellos y siempre tenemos varios puntos de vista. Colin Firth está soberbio y Jeremy Irvine como su versión joven también es fabuloso y entre ambos crean un personaje con el que nos identificamos y que nos horroriza a partes iguales. El otro eje que hace que la historia funcione tan bien es Tanroh Ishida y Hiroyuki Sanada, el soldado japonés que tortura a los británicos y que vemos en el pasado y en el presente. La relación entre estos cuatro hombres es fantástica. Un poco más floja pero aún así muy bien está Nicole Kidman, la mujer de la que se enamora Colin Firth. Del resto del elenco, todo el mundo parece saber lo que está haciendo y la película transcurre sin que disminuya el interés. Mi único pero es que la podrían haber hecho un poco más corta y habría sido perfecta.

No es el tipo de cine que pueden entender los miembros del Clan de los Orcos pero sí que es una de esas películas obligatorias para los sub-intelectuales de GafaPasta. Para los demás, si te gusta un buen drama, este te encantará.


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