Un océano entre nosotros – The Mercy


Reconozco que la peli de hoy me daba un mal llullu épico y que por eso, aún sabiendo que era el estreno sorpresa del martes, justo ese día decidí quedarme en mi casa rascándome el tripote y al final solo la vi cuando encajó en una de mis escapadas a la filmoteca en Ámsterdam, lo cual sirve para recordarnos que aunque parezca que yo lo veo todo, hay algunas que si las veo es porque se me ha acabado todo lo demás. La película se titula The Mercy y creo que se estrena en España en septiembre con el fantasioso título de Un océano entre nosotros.

Un julay agitanado trata de engañar a los payos

Allá por los sesenta un periódico británico organiza una regata alrededor del mundo sin escalas y en solitario y un pollaboba que de cuando en cuando va a navegar con su hembra y sus cachorros se apunta. El colega se fabrica un barco o casi que lo hace ya que para cuando la regata empieza, el suyo peta mucho. Pronto se da cuenta que ni ganará la regata ni la podrá completar así que decide mentir, se resconde por Sudamérica y se dedica a mandar partes de posición erróneos para que no lo descubran. Estando solo y con tanta movida chunga, todo le va saliendo mal y cuando asume que si vuelve destaparán su engaño, se suicida.

Esto nos lo venden como algo biográfico pero más bien es como una peli de engaños, trapicheos y drama. Prácticamente lo único bueno es la interpretación, a ratos, de Colin Firth, que resulta creíble porque todo lo demás es cansino. En los previos, cuando aún está en tierra y lo prepara todo, la película es aburridísima y acabé por quedarme dormido pero es que después, cuando está en alta mar pasándolo fatal, se repite una y otra vez y de nuevo me di una cabezadita, que es casi lo peor que le puede suceder a una historia. Resulta muy complicado mantener una historia con un único tío que no sabe lo que tiene que hacer para navegar y que está todo el día lamentándose y lo pagamos los espectadores. Las tramas secundarias, con su mujer e hijos, simplemente son redundantes y aparte de añadir minutos, no sirven para más nada. La película dura ciento diez minutos y le sobran tranquilamente cuarenta. El final fue básicamente patético y solo sirve para recalcar que es una película aburrida.

Si eres un miembro del Clan de los Orcos y por equivocación te metes en una sala en la que estén poniendo esta película, seguramente te provocará un infarto cerebral. A los sub-intelectuales con GafaPasta es más que probable que los tumbe y los ponga a dormir. No creo que merezca la pena ni cuando la den por la tele.


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