Un viaje de diez metros – The Hundred Foot Journey


Ir a un nuevo cine para mi es una experiencia mágica, aunque se que al final se trata de una sala con una pantalla y butacas, descubrir el lugar, ver la distribución, observar a la gente, entrar y maravillarte en la sala y esperar a que empiece la película, todo forma parte de la magia del cine. Ayer fui a un cine en Amersfoort por primera vez, pertenece a la cadena de la que tengo el abono ilimitado y nunca lo había tenido en cuenta porque siempre tiro para Amsterdam. Resultó que está en un lugar precioso, muy bien rodeado de tiendas y restaurantes, cerca de la estación y además tiene unas pantallas gigantescas. La primera de las dos películas que vi fue The Hundred-Foot Journey y que en España se estrenó a finales de septiembre con el infame título de Un viaje de diez metros que da vergüenza ajena porque hasta el lerdo más obtuso, solo tiene que buscar en internet para saber que 100 feet son poco más de treinta metros pero en fin, imagino que ese gurú de las matemáticas acabará como ministro de economía en truscoluña.

Un julay indio en lugar de tirar para el oeste, se va pa’ Francia a cocinar sus curris

Una familia hindú emigra a Europa y después de un tiempo en el Reino Unido comienzan a recorrer Europa buscando un lugar en el que asentarse. Acaban en un poblacho en el medio de la nada en Francia y allí compran una propiedad que convierten en su casa y en restaurante hindú. Justo enfrente hay un restaurante famosillo y al instante arranca la guerra entre ambos. Poco a poco se irán conociendo y descubrirán que hay más cosas que los unen.

Esta es una de esas historias positivas y de sentirte tan a gustito en la que además, la comida tiene un papel muy especial y hace que se te retuerza el estómago como una lavadora centrifugando. El director es Lasse Hallström, un viejo conocido que en los últimos años ha hecho películas como Querido John – Dear John, La pesca del salmón en Yemen – Salmon Fishing in the Yemen o Un lugar donde refugiarse – Safe Haven, las cuales estaban bien pero no llegaban a despuntar. En esta ocasión y seguramente por la comida y por el eficaz pique entre los hindúes y la francesa, todo va como la seda y la historia te engancha y te lo pasas de fábula. Ayuda muchísimo que la fabulosa Helen Mirren está perfecta y roba todas y cada una de las escenas en las que sale. Además, hay una química visible entre ella y Om Puri, que es su contendiente en esta batalla por los estómagos. Alrededor de ellos dos tenemos un buen elenco y al joven Manish Dayal como el chico que quiere amar ambos mundos. La película funciona muy bien y solo pierde fuelle cuando el chaval se va a París y nos separan del resto del elenco. Es en ese tramo cuando la historia se traba y comienza a patinar pero por suerte dura muy poco.

Un drama con abundantes toques cómicos con el que te lo pasarás muy bien. No creo que sea apta para los miembros del Clan de los Orcos pero hasta un sub-intelectual de GafaPasta seguro que la aprecia.


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