Una canción para Marion – Song for Marion


Hace un par de semanas me puse mis GafaPasta sin cristales y así camuflado me fui a la filmoteca que hay junto a Leidseplein, en el corazón de Amsterdam. Era un domingo por la mañana, a horas en las que ni los turistas están en la calle y mi misión era empapelarme un dramote que no veas y que había despertado mi interés con un buen trailer. Normalmente reservo mi entrada con antelación ya que me gusta mucho sentarme en la tercera o cuarta fila empezando por la pantalla en el medio y me toca los mondongos cuando me pierdo ese asiento pero en este caso, solo éramos cinco personas en la sala, algo que imagino se debe al género, a que los actores eran de la época en la que los dinosaurios caminaban por la tierra y a la hora intempestiva de la sesión. Nada de eso me importó y así pude ver Song for Marion, película que se estrena en España la semana que viene con el título de Una canción para Marion.

A un julay gruñón se le muere la chama a la que empalaba y acaba cantando en un coro formado por un grupo de vejestorios

Un tipo retirado y que parece tener muy mal carácter asiste al último tramo de la vida de su esposa, una mujer vital y dinámica y que adora cantar en un coro de personas retiradas. El hombre tiene una relación complicada con todo el mundo y cuando su mujer muere, pierde el contacto con casi todos. De alguna manera acabará entrando en el coro que cantaba su mujer y cantando y despotricando comenzará a reenfilar su vida y volver a ponerla en orden, sobre todo con su hijo y su nieta.

Esta no es una película que se ande con rodeos. Tenemos un rato de amarga felicidad, sabiendo que una de las protagonistas la va a diñar ya mismo y después seguimos con un trago largo de drama y amargura y acabamos en plan más positivo. La historia es simple y directa pero de alguna manera funciona como un reloj de precisión. Resulta fascinante ver la manera sistemática y efectiva en la que Terence Stamp rompe sus vínculos con su hijo y su nieta y como después los reconstruye. Le ayuda Gemma Arterton, actriz a la que recientemente le cogí una tirria del copón por su participación en la mierda sin paliativos que es Hansel y Gretel: Cazadores de brujas ? Hansel & Gretel: Witch Hunters pero que aquí se reivindica a sí misma como actriz que cuando quiere sabe actuar. Su papel es muy tierno y en ella también vemos a alguien que parece tener problemas para relacionarse con la gente de su edad y que se crea su grupo de amigos entre los ancianos que cantan en el coro. La anciana que arranca la historia y muere al rato es Vanessa Redgrave en un papel fabuloso. Es una lástima que el cine arrincone y olvide a los ancianos ya que se puede ver perfectamente las tablas que tienen y su capacidad para transmitir emociones y hacernos creer las historias que nos cuentan.

La película es muy buena, lloras en algunos momentos pero también te ríes y también tiene sus instantes superfluos que bajan un poco el ritmo. Definitivamente descartada para los miembros del Clan de los Orcos pero sí que puede ser una buena opción para los intelectuales con GafaPasta.


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