Una de seso


Una de seso

En el mercado Ben Thanh flipé con la comida que se cruzaba por mi camino e hice un montón de fotos. Son cosas que al menos en Holanda ya es imposible de ver, como estos deliciosos sesos de truscolanes que en un giro que seguro que nadie veía venir, a mí me recuerdan un montón a mi abuela paterna, que cuando ya tenía ochenta y pico años, siempre tenía un platito con sesos que creo que eran de cabra, en la nevera y como vivía cerca del Kortinglés y ese era como el centro del mundo, cuando pasaba por allí y entraba a saludarla y me decía que cogiera un refresco de la nevera, me provocaba todo cuando la abría y me topaba con aquel plato y aquel cerebro que estaba allí como pensando en la que le iba a caer en poco tiempo. En el mercado de Ben Thanh no los conservaban ni en frío, estaban allí con la caló tan grande que había y puedo jurar y hasta juro que eran de la comida más normalita que vi. Hablando de sesos, la principal razón por la que evito las croquetas holandesas, que son grandes como salchichas, es que nunca me ha quedado claro la composición y sé que hay un tipo específico que se hace con los sesos de las vacas y las otras, aunque no tengan sesos, usan todos los restos de carne y partes del cuerpo de los animales que no es posible aprovechar para ninguna otra cosa, los pican y se los echan a las croquetas. Por suerte yo hago con frecuencia mis croquetas españolas y las congelo en porciones.

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4 respuestas a “Una de seso”

  1. Uf, que asco me está dando lo que cuentas de las croquetas.
    Recuerdo que en La Haya me comí un pedazo de croqueton de esos que dices, claro que no sabia de que estaba hecha.

  2. A mi me gustaban los sesos rebozados que hacia mi vieja, pero no se de que eran, vistos así en crudo, ante la posibilidad de que sean truscolanes, que puede ser por su tamaño reducido, a pesar de que no veo el serrín por ninguna parte, muy agradables no son de ver… 🙁
    Salud