De cuando en cuando hasta el afamado autor de la mejor bitácora sin premios en castellano tiene una pájara y le sale un día de esos en el que le apetece hacer un Waiting y no escribir nada. Bueno, técnicamente no es totalmente cierto ya que llevo una disciplina brutal para crear el suficiente contenido para suplir mi ausencia durante mis vacaciones y ya hay casi cuarenta anotaciones en la cola esperando que llegue el momento oportuno para aparecer. Como a la bitácora hay que sumar la vida social, llevo dos días pegándome unos madrugones de escándalo para salir temprano de la oficina y hacer otras cosas y al final acabo agotado, cayéndome de sueño en cualquier rincón.

Hoy pasé la tarde en casa del Rubio, ayudándolo con sus dos unidades más pequeñas mientras la mayor se iba con su madre al Avond Vierdaagse, un evento anual en que participan casi todos los niños de seis años o más y en el que durante cuatro días, caminan al menos diez kilómetros cada día mientras cantan, socializan con otros chiquillos de su clase, o de su barrio. Son cosas como estas que me hacen alucinar cuando escucho a alguien decir que los holandeses son fríos.

Nosotros nos quedamos en la casa jugando con los chiquillos y aunque la idea era agotarlos, creo que al final nos agotaron ellos a nosotros. Al regresar a mi casa, hace un rato, seguía con esa sensación tan molesta que te entra cuando sabes que te falta algo y al final caí en que no había publicado nada y hoy casualmente no tengo nada preparado. Por suerte tengo un archivo fotográfico gigantesco y siempre hay alguna foto que algún día seleccioné pero nunca llegó a ver la luz.

Si no me equivoco la flor es lo que en los Países Bajos se denomina margarita española y la foto la hice hace tres años, un día que jugaba con la cámara y me apetecía descubrir nuevas fronteras. No hay nada que mejore una flor más que un poco de agua y después de rociar la flor le hice unas cuantas fotos y de entre todas, tenemos esta pequeña y adorable flor mojada que resalta como un sol en un universo morado.

Y esta es la anotación que ha conseguido el número 5002, aunque debido a la programación la que tiene el número 5000 no aparecerá hasta el domingo. Técnicamente hay cuatro mil setecientas y pico anotaciones pero entre duplicados, cosas que he borrado y la época en la que WordPress guardaba borradores cada segundo hizo subir el número bastante. Ya habrá tiempo de celebrar dentro de medio año el cruce por las cinco mil anotaciones reales.