Cuando era niño, las películas de animación vivían su ocaso. Era un cine acabado, aburrido e incapaz de sorprendernos. Después llegaron los musicales animados y ese mismo cine revivió. La gente volvió a las salas para ver aquellas historias de cuentos que todos nos sabemos y en las que la protagonista siempre tiene una voz deliciosa y nos regala unas canciones legendarias. Creo que me he comprado un huevo de esas bandas sonoras. El formato comenzó a estancarse y entonces en 1995 llegó Toy Story, la primera película de Pixar. Ya han pasado catorce años y aún sigue siendo una de mis películas favoritas de todos los tiempos. Rompió los esquemas de mucha gente sobre lo que debía ser el cine de animación, dieron un salto cualitativo y nos adentramos en otra galaxia. A partir de ahí hemos tenido nueve películas en total, nueve clásicos. En cada ocasión consiguen el más difícil todavía y nos vapulean sorprendiéndonos y demostrándonos que todo es posible. El año pasado pusieron el listón altísimo con WALL-E, para mí la mejor película de ese año y la que debería haber ganado el oscar a mejor película, mejor director y mejor actor principal. No han pasado ni doce meses y de la legendaria factoría Pixar nos llega Up, su última aventura.

Un anciano julay se muda con sus bártulos al sur pero el malvado de Chávez le hace la vida imposible y le quiere quitar su libertad

Comenzamos con una escena de unos pocos minutos que te pone lágrimas en los ojos. La vida de una pareja que se conocieron siendo niños y que tenían un sueño. Ambos querían vivir aventuras pero no pudo ser. Después, nuestro protagonista, ya viudo, decidirá lanzarse a la aventura de su vida y con miles de globos levanta su casa de sus cimientos y la convierte en un enorme dirigible que va hacia Sudamérica, concretamente hacia el Salto del Ángel en Venezuela. En el camino el anciano descubre que se le coló un chiquillo en su casa/globo y juntos vivirán una aventura en aquel lugar.

Vi la película en 3D y mentiría si no confieso que aluciné en colores. Hay momentos emocionantes, acción a raudales, risas, unas imágenes increíbles y una relación entre un anciano y un chiquillo que se convierte en una gran amistad que rompe las barreras de la edad. No puedo sacarle un pero a la parte visual de esta película. Es sencillamente perfecta. En los primeros diez segundos te olvidas que estás viendo una película de animación y a partir de ahí vives la historia, sufres con nuestros aventureros, intentas huir del malo malísimo o te desternillas de risa con unos perros alucinantes y un pájaro que se hace querer desde el primer nanosegundo. El guión como siempre muy trabajado nos lleva de la mano y nos permite gozar del cine en su máxima expresión y gracias al 3D, aún más espectacular. Esta es una película que no se puede ver en el salón de casa, solo tiene un visionado y es en un cine, en 3D, con pantalla grandiosa y sonido fantástico.

Si Pixar fuera una religión yo ya tendría carnet de miembro. Todo mi respeto y agradecimiento a todas las personas que trabajaron para crear este nuevo clásico y permitirnos disfrutar como chiquillos en un cine y ver imágenes de un lugar tan maravilloso que dan ganas de subirte a un avión ahora mismo e ir para allá.