Vamos a la playa …


Ayer tuvimos en los Países Bajos el día más caluroso del año y al salir de mi casa a las siete de la mañana, la temperatura ya era de unos veinte grados. Al mediodía esto era como el infierno en la tierra y cuando salí a dar mi paseo habitual opté por una versión reducida y aún así acabé más mojado que las bragas de una nadadora. Al hilo de este último concepto, decir que por la mañana, a las siete y veinte estaba en el andén esperando al tren cuando me posiciono en el lugar en el que sé a ciencia cierta que queda la puerta adecuada y veo una chama en cuclillas que intentaba mandar un mensaje con una de esas aberraciones de la compañía de los hijosdeputa cabezudos koreanos de mielda, una cosa enorme y llena de plástico por detrás. La pobre necesitaba de ambas manos para manejar esa cosa y al llevar falda, se despistó y no se dio cuenta que formando parte del club del DIEZPORCIENTO, tenía su chocho expuesto. Todos sabemos que una de cada diez hembras gusta de liberar los bajos y no aprisionarlo entre telas y como por suerte yo jamás las miro a la cara, en seguida capté el concepto. Tuve hasta la oportunidad de hacer un vídeo o una foto pero después Genín ni se molesta en buscarla y opté por pasar. Detrás de mí se juntaron tres tíos más que siguieron mi mirada y captaron los conceptos, con aquel potorro afeitado sonriéndonos verticalmente.

Después de este pequeño desvío, regreso a mi historia. Sobre la una y media me llama el Rubio y me pregunta si tengo planes para la tarde. Le digo que pienso morir en vida en mi casa y renquear por las sombras del jardín hasta desfallecer y me ofrece irnos a la playa después del trabajo. Me dice que me lo confirma más tarde y que se lo va a decir a su Primera Esposa y finalmente acordamos que iba a mi casa, me cambiaba y después salía para Woerden y allí nos juntábamos para ir hacia la Haya. Al dejar el trabajo corrí como espíritu poseído cuando es acosado por un presunto tocador de niño de mi secta favorita y llegué a mi casa, largué la ropa por donde me pilló, me puse el bañador, cogí la toballa, el soporte para iPhone de coche (un encargo del Rubio) y salí en la Mili o Vanili hacia la estación. Ya en ruta la mujer del Rubio me dijo que ella iba en un tren anterior, pedaleaba a su casa, se cambiaba y me venían a recoger, lo cual cuadraba perfectamente con mis planes.

Al llegar a Woerden me acerqué al punto en el que interceptaba la ruta del coche hacia la autopista y mientras esperaba unos cinco minutos veo que están el chamo Gabriel y el chamo Ascanio tirándose en el agua esa marrón y verde y haciendo el tonto. A uno de ellos se le ocurrió la idea de grabar un vídeo para el llutuve con el otro lanzándose al agua en bici y como yo estaba allí, aproveché para retratar el momento para la posteridad e incluso para la actualidad. En el vídeo en exclusiva que viene a continuación en la mejor bitácora sin premios en castellano se puede ver al colega acercándose al agua y saltando en la misma mientras la bici también cae. En un momento de lucidez le amarraron a la bici una cuerda para poder sacarla del agua. Un intento previo que no grabé acabó con una hostia del colega antes de llegar al líquido.

Cuando se lo conté al Rubio no se lo podían creer y les tuve que enseñar el vídeo.

En un rato llegamos a Scheveningen, la zona costera de la ciudad de la Haya o Den Haag para los locales. Una de las cosas curiosas de la carretera de acceso es que casi al llegar a la playa y en una de las mejores y más fabulosas zonas de la ciudad, hay una cárcel, esa que pertenece al Tribunal Penal Internacional y en la que siempre tienen invitados ilustres y algún día puede que consigan agarrar a alguno de los ladrones que han arruinado España y la han devuelto al Tercer Mundo. Creo que hay planes de adecuar un acuario para las dos bostas góticas de cierto inútil y otra habitación rosa para cierto presidente que acabó el trabajo que comenzó el otro.

En la playa, dejamos las toballas y nuestras bolsas todo lo cerca que se puede del mar, que en Holanda es bastante lejos y nos fuimos directos al agua. Se me había olvidado que el mar del Norte no es como el de Indonesia. El agua estaba como un vaso lleno de cubos de hielo. Para cuando conseguí entrar, la voz me había cambiado y podía romper vasos con los agudos y mis güevos se habían transformado mágicamente en cojones-guisante. Los gritos de sufrimiento los oyeron hasta en la Estación Espacial Internacional. Esta es la razón por la que en las playas holandesas, jamás, jamás, JAMÁS te topas con un chamo con bañador de natación o tanga. Aquí todo el mundo usa el pantalón que oculta las vergüenzas y evita el sofoco.

Por supuestísimo decidí incrementar la leyenda de esta bitácora e hice un vídeo de la playa para el disfrute de los cuatro lectores veraniegos:

Sentados en la arena y sin aparecer en el vídeo están el Rubio y su Primera Esposa. Creo que su voz se escucha en algún momento. También se puede ver una chapa de cerveza que tiraba el Rubio al aire por joder. Después de un par de horas nos fuimos al muelle de Scheveningen y elegimos het Brouw Café porque tienen varias cervezas propias. Yo tomé la Witte Wolk de la que hablaré proximamente y el Rubio se decantó por otra que no estaba tan rica. Cenamos allí tomando cerveza y dejamos el lugar cerca de las diez y media de la noche estropeadísimos, así que fue la Primera Esposa la encargada de conducir de regreso. En la estación de Woerden hice el transbordo al tren, en Utrecht Centraal le pedí a la Mili o Vanili que me llevara a casa y fui directo a la cama.


2 respuestas a “Vamos a la playa …”

  1. jajajaja Por alusiones, yo si que me molesté en buscar a la tía esa, pero cuando me di cuenta que estabas jugando conmigo como lo haría un gato aburrido con un ratoncillo, se me hincharon y perdí el interés, sobre todo porque bien podías haber puesto la dirección o link, so cabroncete, eso si, le agradecí a huitten el gesto tan amable que tuvo conmigo, de corazón, gracias de nuevo guapa!
    Prefiero mis playas, donde va a parar, no se ve a ninguna en tetas, así no tiene gracia la playa 🙂

  2. Estoy de acuerdo con Genín: Nuestras playas son mucho mejores. ¡Y mira que me gusta Holanda!… Pero hablar de playas…es otra cosa; sobre todo acostumbrada a las de la Costa Brava, y a las de Baleares, que son estupendas.

    De nada Genín…hice lo que pude. Si hubiera sabido manejar eso de poner links y esas cosas…lo habría hecho. Pero la cuestión es que no tengo ni idea de cómo se hace…y tampoco he tenido el tiempo suficiente para ponerme a estudiarlo. Jajaja…

    Sulaco: No entiendo muy bien qué tiene que ver que alguien necesite las dos manos para usar un teléfono…con que lo haga en cuclillas ¿?… Me parece que la buena chica quería hacer lo que hizo… Y lo hubiera hecho aunque tuviera en sus manos el aparato mágico y maravilloso que tanto te gusta. Jajaja…