Verliefd op Ibiza


El primer gran título holandés para este año es una comedia romántica sin grandes pretensiones que cuando ves el trailer parece más bien un comercial turístico de la isla de Ibiza y en el que se resalta lo guay que es el lugar para bailar, beber, comer y follar, aunque como todo en esta vida, el orden lo podéis ajustar según vuestras preferencias. En su semana de estreno los cines estaban petadísimos de gente joven ávida de ver las chochas famosas de este país ligeras de ropa y los pibes guaperas luciendo abdominales de ciencia ficción de la buena. La película se llama Verliefd op Ibiza que yo traduciría al español en el improbable caso de que esta película se estrene en el país como Enamorado de Ibiza pero seguro que los distribuidores optarían por un título más lúdico y ajustado al original como Me rasco el potorro porque me pica en Ibiza.

Un montón de julays se van pa’ Ibiza a follá

Esta es una de esas películas con una purriada de pequeñas historias que van convergiendo en el gran final y que por supuesto tratan sobre el amor (o más bien el sexo). Un montón de holandeses van a Ibiza o viven en Ibiza y allí se conocen y se enamoran y se pelean y se arrejuntan entre ellos siempre bajo el sol veraniego del lugar, el alcohol que no deja de fluir de cualquier grifo que haya en el lugar y siempre rodeados de cuerpos bellos y hermosos ya que todos sabemos que en Ibiza las feas no son bienvenidas. Una de esas historias es la de un supuesto futbolista que firma por el Barca y que tiene una novia que supera cualquier nivel concebible de estupidez y convierte a Paris Hilton en una intelectual. El chaval planea casarse con ella porque es guapa y tal y tal pero conoce a una regordeta con tres neuronas y le deslumbra la capacidad intelectual de la chica, de la que se dijo que una vez leyó un libro. Otra historia es la de una post-menopaúsica que está de vacaciones con una amiga y que se enrolla con un chamo de veintisiete años al que le dan ascos las de su edad y que prefiere comer almejas Gran Reserva. La amiga de esa chama acaba con un rockero más viejo que Sara Montiel. Y así, unas cuantas historias más.

Tenemos una historia simple en la que se busca la forma de quitarle la ropa a la gente a las primeras de cambio, con música actual, mucho DJ y similares y en la que lo más fascinante es que en dos horas, sólo hay una escena en la que un neerlandés se cruza con alguien nativo que dice una frase en español y tuvieron tanto acierto que eligieron a un argentino, ya que definitivamente su español no era de la península o de las islas Baleares o Canarias. Aparte de este desparpajo para tropezarte con gente que habla holandés, la película es un vehículo insubstancial de entretenimiento y no aspira a más nada. En el cine hubo gemidos de burras pariendo entre las hembras cuando se ve el culo de uno de los protagonistas que al parecer es muy famoso en la tele y al que por supuesto yo no conocía porque no veo la caja tonta. Mi única pega es que me pareció demasiado larga, la estiraron demasiado y no se puede sacar de donde no hay con lo que muchas escenas parecen de relleno. Si la hubiesen aligerado en media hora, estaríamos ante una buenísima comedia romántica. Por desgracia no es así.

No hay que preocuparse, esto no llegará a los cines españoles y ni intelectuales de GafaPasta ni Orcos del Clan tendrán que verla.


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