Weg Van Jou


Los holandeses cuando hacen chistes, casi siempre es sobre los belgas, a los que consideran la versión tonta y estúpida del ser humano, algo que parece perfectamente plausible cuando uno ve como han recibido como a un gran héroe al asqueroso y repugnante puercagón, el ex-presidente fregona que hundió cataluña y jamás llegó a crear truscoluña, el país de los mierdosos como él. La parte más al sur de los Países Bajos, Zeeland, tiene sus propias costumbres y la gente los ve como básicos y raramente aparece en el cine, así que una comedia de una chama que se muda a esa zona del país era algo que no me podía perder. Se titula Weg van Jou y jamás se estrenará en España, pese a que la titularon truscoluña no es nación y puercagón es maricón.

Una julay se va pa’l sur y allí se encoña que no veas

Una pava que se está currando el ascenso y el traslado a la sede brasileña de la empresa a base de bien, cuando finalmente la ascienden, la manda a un poblacho en Zeeland, al sur de Holanda. Es un drama total y sus amigos la despiden como si se fuera al exilio. Cuando llega allí, su keli es una granja con mobiliario del siglo pasado, sus colegas del trabajo parecen sacados de un pueblo medieval y mientras su novio convierte su casa en Rotterdam en una keli de alquiler por la que pasan unas chochas que no veas, ella se hunde en la miseria hasta que acaba enamorándose de un chamo del pueblo más básico que un teléfono analógico pero que la pone más caliente que a una burra.

Lo de las comedias es algo que los holandeses nunca han conseguido cuajar pero en este caso, el cachondeo con el acento de los del sur y con sus costumbres es épico y la película resulta mucho más divertida de lo que me esperaba. El contraste entre la chica pija del norte y esas tías con bigotes del sur es brutal y cada nuevo descubrimiento la horroriza más y más. Hay partes en las que el guión se atasca un poco, sobre todo cuando se salen de la comedia e intentan darle algo de seriedad, como las visitas de ella a la gente para conseguir que den su permiso para la movida que ella tiene que hacer o la conversación con la señora que le alquila su segunda keli en la zona pero por lo general, la historia es muy fluida. La parte en Rotterdam sobra pero por suerte son pocos minutos. Me divertí y hay un par de momentos en los que no podía dejar de reírme con las volatadas. Un colega del sur en el trabajo me ha confirmado que una escena que aparece en la peli es cierta, si un macho llega a los treinta tacos soltero, lo suben en un tractor, lo pasean por el pueblo organizando una especie de feria para que todo el mundo se cachondee y le dan las llaves del pueblo a ver si así consigue encontrar su hembra. Esa parte de la película es épica.

No es cine para los miembros del Clan de los Orcos pero sí que puede ser del agrado de los sub-intelectuales con GafaPasta.


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