Wolves


Para que me sorprendan con una película en la cartelera de los cines holandeses se lo tienen que currar mucho, ya que yendo al menos tres veces por semana a esos templos, resulta poco menos que imposible que un trailer no se cruce en mi camino. Entre eso y que controlo la página de próximas películas de la cadena a la que acudo para planear y optimizar ms visitas, todo está más o menos bajo control. O eso creía yo hasta que regresé de la semana de vacaciones navideñas y me encuentro con que hay una película que dicen que es de terror en cartelera. Flipé en colores, organicé el tinglado y fui a ver Wolves, la cual no tiene fecha de estreno en España y es más que probable que nunca lo haga pero que de hacerlo, ya han decidido que se titule truscoluña no es nación.

Un julay en la edad del pavo descubre que lleva un lobo dentro, remata a sus papuchis y acaba llegando a un poblacho en el que viven más como él y en donde se enfrenta al macho alfa porque le quiere chingar a la pava que se la pone morcillona o algo parecido

En IMDb ponían esto como película de terror y claro, la necesidad imperiosa de ir al cine me hizo no pararme ni a leer de qué iba. La historia nos cuenta como un chaval descubre que se transforma en lobo cuando se acalora y al parecer mata a sus padres, huyendo y permaneciendo como fugitivo. En la carretera conoce a un tipo que parece ser como él y que le indica que hay un poblacho donde viven los machos y hembras con lo mismo. Va al lugar y según llega se encoña de una camarera de bar, lo adopta un pavo que tiene una granja y cabrea al macho alfa del poblacho, el cual es un criminal y un malaje que te cagas. El chico tendrá que resolverlo todo para ser feliz y tal y tal.

Un poquito de por favor. No hay un solo fotograma de terror en esta película. Ni uno. O sea, hay ninguno. En todo momento parece más bien un telefilm que una película, la cámara tira de planos cortos, los actores cantan sus líneas como si las estuvieran leyendo en pantallas delante de ellos y el sonido ambiental es el típico de la tele. Los actores se mueven entre malos, muy malos y patéticos, con alguna excepción entre los más viejos. Resulta poco creíble la manera en la que el chico conoce a la gente y en dos segundos ya son como hermanos de sangre desde hace eones, con unas emociones muy incrustadas en los huesos. Los efectos especiales son de televisión, de esos cantosos que te sonrojan pero casi que eso funciona muy bien y te echas unas risas en esas escenas de lobos y medios-lobos corriendo y repartiéndose candela. Toda la escena final es de puro cachondeo por lo falsa que es y de hecho, los puntos que le doy a la película es porque tras todo el aburrimiento, en el rato final me lo pasé bien.

En fin, que si algún día la ponen de madrugada por la tele y algún miembro del Clan de los Orcos casualmente la ve mientras estaba haciendo zapping entre los canales de putas y putorras que venden sus servicios de madrugada, igual le gusta. Para los sub-intelectuales de GafaPasta y el resto, algo que no vale la pena ni buscar ni mirar.


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