Ya hay fecha para la matanza


Todo gran drama tiene un acto principal, un momento cumbre en el que la actriz protagonista sale a escena y da todo lo que tiene que dar de sí. Es en esa escena en la que se ganan los Oscars, ese momento increíble que te pone una lágrima en la comisura de los ojos o un río de agua que gotea y te pringa toda la camisa. El drama del despido del diez por ciento de los empleados en mi empresa tenía hoy ese momento, con una reuníón convocada por nuestro presidente a las tres de la tarde. Durante los últimos siete días, el ambiente se ha ido caldeando, las teorías más alocadas han recorrido el edificio, la gente se ha desahogado como buenamente podía y hoy por la mañana se podía cortar la tensión en el ambiente. Las ovejas, ese grupo de crédulos que piensan que los jefes los llevarán al establo y que son incapaces de alzar la voz, la mirada o la mano contra los mismos, temblaban de pánico hasta hoy y justo antes de comenzar el gran Acto se envalentonaban porque creían que allí se podrían desquitar. Los pastores, desmoralizados y sin saber que hacer, vagaban sin rumbo fijo y aprovechaban cualquier excusa para lamentarse. Los lobos, los lobos recorremos el edificio poniendo nombre a las presas y preparándonos para la carnicería que se avecina. Cada uno debe saber a cual de los tres grupos pertenece.

A las tres de la tarde, la cantina y salón de actos estaba petadísima de gente. Al frente, junto a una de las pantallas, el presidente con el traje de los funerales y gesto serio. En primera fila, sus lameculos. En la última fila y en una mesa colocada con una posición especial y que permitía la vista directa de la pantalla y también que el presidente viera a quien se sienta allí, en ese lugar me sentaba yo, presidiendo la reunión desde atrás, en un retorcido gesto que seguro que no pasó desapercibido y que provocará una bronca a los que colocaron las mesas y sillas en el lugar. Cada vez que miraba hacia la sala se topaba con mis ojos, fijos en los suyos.

Comenzó desglosando la agenda y después pasó a marear a los tontos con los números. Un buen presidente de empresa se mete a la gente en el bolsillo desde el primer instante. Uno mediocre trata de brillar resaltando sus resultados y uno malo suelta números sin ton ni son y los manipula descaradamente para ocultar su ineptitud. Nosotros tenemos uno de estos últimos. Al parecer dos y dos pueden ser dos, cuatro, dieciocho o veintidós según con la luz que los miremos. Tras tratar de virar números muy negativos y mostrarlos como algo positivo, llegamos al momento cumbre. Decir que el despido del diez por ciento es en realidad un plan de recuperación es cínico y cruel para con todas las ovejas, sobre todo cuando ese plan parece que se limita a despedir gente para ahorrar dinero y no tocas tu Porsche, ni tu sueldazo, ni el de tus lameculos. Ver como no tiene plan salvo para sobrevivir unos meses más mientras se desangra la empresa y como todas las ovejas van dándose cuenta que el pastor que al parecer las guiaba no es más que un lobo es un ejercicio fascinante. Después de veintiocho minutos contando medias verdades y tocando la flauta sin que nadie lo siga, se aventuró en el terreno más peligroso al que puede llegar un mediocre, permitir que la gente le pregunte cosas sobre lo que ha contado. Nosotros, los lobos y los pastores, teníamos claro cuál era la estrategia a seguir pero las ovejas son tontas y siempre corren hacia donde uno quiere. Así, ver que todas las ovejas se quedan en silencio, una falta de ruido solo rota por el aire del sistema de ventilación al salir del techo y que ese silencio se mantiene durante más de medio minuto y que el lobo que cree que ha engañado al rebaño se da cuenta que el aire que ha tratado de vender no encuentra comprador, no tiene precio.

La reunión duró menos de media hora, la mitad de lo que estaba previsto. La gente se marchó a sus despachos y al avanzar por los pasillos podías ver gerentes con las manos en la cabeza y ojos llorosos mirando sus pantallas, gente recogiendo para marcharse, otros negando la realidad y tratando de esconderse tras sus transistores, sus números y sus cables y un pequeño grupo que entraba en mi despacho y cerraba la puerta al hacerlo. Ya es oficial, el último lunes o a más tardar el último martes de marzo será el Armagedón y la estrategia según los onerosos ejecutivos que tenemos para recuperarnos es no tener estrategia, salvo seguir cortando cabezas para salvar sus coches, sus sueldos y sus testas. Inmediatamente nos pusimos manos a la obra para hacer la lista mientras Celine Dion cantaba la canción de Titanic. El barco tiene una vía de agua considerable y por más que suene la música, sigue entrando agua en el mismo y cada vez más.

Hoy muchos recuerdan lo que les dije hace tres años, hace dos, hace uno y hasta ayer mismo. No se puede sacar de donde no hay y no llegas a jefe por lo que vales sino por lo farfullo que eres.


6 respuestas a “Ya hay fecha para la matanza”

  1. Lo que yo veo raro es que se anuncie el armagedon, Lo normal es que no se cuele ni un rumor y dar el sablazo de golpe, se afila el hacha se cortan cabezas y a seguir. Además es más humano, y mejor para la compañía. De este modo nadie va a currar durante todo este tiempo, solo se dedicarán a esparcir rumores y más rumores.

    Malo para la gente que vive con angustia, malo para la compañía por la perdida de productividad.

  2. Luis, lo que tiene a la gente alucinando es que se haga en un mes. Aquí estas cosas están muy reguladas y se sigue al pie de la letra el librillo para evitar costosos juicios y similares. Un proceso normal toma unos tres meses desde que empieza, informándo del calendario y explicando las razones, hasta que se saben los nombres y se ejecuta lo acordado. Hacerlo en 4 semanas es el acabose, lo nunca visto.

  3. Totalmente de acuerdo en que los jefes no se bajan el sueldo, incluso alguno de ellos se lo subirá por lo bien que ha gestionado la crisis y mientras los curritos a tragar. Eso es lo que hay, nos conformamos o tendremos que hacer algo.

  4. Es lamentable para el que depende del trabajo por mucho que te paguen dinero mientras no consigues algo hay gente que tiene casas que se han comprado con sueldos impagables y quedarse sin ellos es dificil.
    Tambien que no todo el mundo es fuerte y no se toman las cosas como deben, estas cosas tienden a enfermar a mas de uno.

    Besitos.

  5. ¡Anda!
    Yo leí esta entrada y escribí un comentario…
    ¿Que coño haría con el?
    Debe de ser la senectud que aprieta…
    Salud