Zandkoekjes


En las últimas semanas he estado haciendo pruebas hasta conseguir preparar zandkoekjes, unas galletas de mantequilla que me recuerdan mucho a las de las latas de galleta danesas con las que me ponía ciego de pequeño. Son unas galletas muy típicas en Holanda y el nombre significa literalmente galletas de arena ya que la sensación al morderlas y sentir como se deshacen en tu boca es como si estuvieran hechas de ese material. La primera receta que me pasaron no me terminó de convencer y seguí probando hasta que di con una que me ha gustado. Su preparación es muy sencilla y una vez les coges el punto se hacen en un rato. Tras un par de fracasos he incorporado un truco que leí para que no se deshagan y que funciona muy bien.

Los ingredientes: 100 gramos de azúcar moreno (en Holanda se vende en las modalidades blanco y moreno y al parecer lo hacen a partir de meleza de remolacha), 150 gramos de mantequilla fría, 200 gramos de harina y la yema de un huevo.

La implementación: Para hacerlo se mezclan el azúcar, la mantequilla cortada en daditos y la harina con una batidora de varillas. Es un trabajo que toma algo de tiempo y tendréis que mezclar y mezclar hasta que os quede una masa bastante unida. Si quedan trozos grandes de mantequilla cortadlos con un cuchillo y seguir mezclando. Se añade la yema de huevo y se sigue mezclando rápidamente. Después trabajáis un poco la masa con las manos (que previamente os habréis lavado con agua fría) y hacéis un cilindro. Yo lo envolví en film transparente y lo metí en la nevera media hora para que se vuelva a endurecer. Este paso tan banal es el que ha hecho que consiga que me salgan bien las galletas ya que si las metía en el horno directamente, al final lo que lograba era una plancha enorme. Mientras se está enfriando la masa se enciende el horno a 160 grados si es de circulación de aire caliente y a 180 si es un horno convencional. Al sacarlas de la nevera, se cortan rodajas del cilindro y se van poniendo en la bandeja del horno previamente engrasada o sobre papel de hornear. Se hornean entre 15 y 20 minutos, hasta que se pongan bien doraditas como en la foto.

Una vez las saquéis del horno, ponedlas a enfriar en la rejilla del horno y a la hora de guardarlas, si usáis un tupperware se conservan tres o cuatro días.

Muy simples de preparar e increíblemente sabrosas. Esto es la perdición, yo no puedo parar de comerlas.

Si quieres ver otras recetas que he cocinado puedes ir al índice de Mi pequeño libro de recetas de cocina y allí tienes la lista completa


2 respuestas a “Zandkoekjes”

  1. Parece fácil, hasta creo que voy a intentarlo, y eso que los dulces y yo no nos entendemos bien, cuando soy yo la cocinera, se entiende.