Seguimos con el drama del temporal de viento, pero al menos hay algo de buceo. Hoy en principio teníamos dos inmersiones y si estaba de Cristo Rey y del Papa peruano, una tercera, que no estuvo. Comenzamos en horario normal, así que cuando me levanté, relajadísimo a las seis y media, estuve una hora tirado en la cama jugando con la tableta y una hora más tarde salí a desayunar. Después del encochinamiento, que se me olvidó volver a hacer la foto.
Ya en el barco, nuestra primera inmersión era en Rasdhoo Beyru, en el otro lado de la isla. Primero saltaron los dos españoles y un pavo australiano que estaba obsesionado con hacerse fotos de sus músculos y después nos alejamos más para saltar el Elegido con el francés y el Dive Master local. Cuando comenzamos la inmersión vimos un tiburón de puntas plateadas pequeñito, que ya los empiezo a distinguir. Seguimos y llegamos al lugar en el que se ponen los tiburones y había un montón disfrutando la corriente y nos quedamos con ellos un rato usando los ganchos. Cuando nos soltamos y comenzamos a avanzar por la planicie, fuimos viendo un montón de cosas. Además de cruzarnos tiburones, en un punto determinado nos encontramos con un águila marina en el fondo. Estábamos el francés y de Uitverkorene fascinados hacíendo vídeos Cuando El Dive Master nos avisa y pasaba un tiburón grande junto a nosotros, al que no le hicimos caso, aunque durante un par de segundos, lo gravé y después me enteré que era un tiburón de puntas plateadas y como es una de las primeras veces que lo tengo en mi almacén visual, haciendo uso de mi bondad requetequeteque-infinita he extraído una foto del vídeo y la he cutre-ampliado y lo tenemos aquí:

Se puede ver perfectamente el plateado en la parte de atrás de todas sus aletas. Más tarde nos cruzamos con una anguila listón azul, que son preciosas y ya puestos a derrochar generosidad, aquí tenemos foto extraída del vídeo que veremos algún día:

Vimos más águilas marinas, varios peces ballesta, tiburones, morenas, pececillos pequeños y en algún momento nos juntamos con el otro grupo, los que habían saltado en la zona menos profunda. Fue una inmersión muy interesante. Volvimos al Puerto y al chófer le costó un güevo y parte del otro aparcar el barco, pero lo consiguió y salimos a tomarnos un cafelito.
Para la segunda inmersión volvimos a Madivaru y ya íbamos a tiro hecho al mirador de los tiburones, pero allí lo que encontramos fue solo dos tiburones de punta de aleta blanca y un banco de atunes que estaban esperando que los cojan y los metan en latas para viajar y conocer mundo. En el lugar me habían dicho que hay un pez hoja y finalmente lo vimos, que son unos peces muy curiosos y que como que caminan y saltan porque no tienen unas buenas aletas. Es amarillo y muy lindo, pero estaba escondido debajo de unas rocas y resulta difícil de ver en la foto:

Mirando la parte superior, desde la mitad hacia la derecha se ve algo amarillo, ese es el pez hoja. Por debajo de él hay un pepino de mar. Vimos también tres peces Napoleón juntos, como si fueran una familia, todos gigantescos y un montón de morenas, muchísima vida pequeña y también un grupo de sweet lips (pez labios dulces de bandas diagonales, en su nombre super-científico), que son siempre espectaculares y como me da lástima la ignorancia del populacho, pongo la última foto de ellos para ilustrar a los ignorantes:

Estos peces son preciosos y realmente muy vistosos. La zona en la que estaban era como un acuario llenísimo de vida y en cada rincón encontrabas algo fascinante, así que nos quedamos allí hasta que se cumplió la hora de buceo. Cuando salimos, al volver a puerto al chófer le costó aún más meter el barco, que la marea ya estaba llena. Nos fuimos a almorzar, a donde siempre y después por la tarde, como no había más buceo, me fui a la playa y para que después me digan a mí que mi Ángel de la Guarda no me aprecia, cinco, repito, CINCO, tripito, C-I-N-C-O águilas marinas pasaron, despacito y varias veces a un metro de la costa, en un sitio en el que no había más de medio metro de profundidad y hasta grabé vídeos con el telefónino que veremos en el futuro. Fue flipante y le tuve que mandar los vídeos a los colegas porque nadie lo quería creer.
Entre medias, apalabré que al día siguiente haríamos otra inmersión al amanecer, para así hacer tres en el día, pero por la mañana y para cuando llega la mar mala, ya habríamos acabado. Fui a intentar ver la puesta de sol, que no hubo porque estaba nublado y después me fui a cenar con los españoles y nos retiramos tempranito porque la primera inmersión de mañana será a las seis menos cuarto de la mañana.