El castillo de Rosenborg está más o menos en el centro de Copenhague. Lo construyeron en el siglo XVII (17, aunque a estas alturas ya deberías intuir las intrincadas reglas que regulan las letras que quieren ser números o eso que los intelectuales llaman la Numeración Romana) por orden del rey Cristián IV y es de estilo renacentista neerlandés. El palacio se puede visitar y realmente merece la pena. En su sótano están las joyas de la corona danesa. Los jardines del palacio se pueden visitar gratuitamente y son un lugar muy agradable.