Omán primera parte - llegada a Moscate


Arabian Tour 2005

Esta historia ha ido creciendo lentamente. Comenzó en Comienzo del viaje y después siguió en Arabia Saudita, Qatar primera y segunda parte. Los caprichos de Google te pueden haber traído directamente hasta aquí, así que te sugiero que lo leas todo desde el comienzo.

El vuelo fue bastante rápido, poco más de una hora, más otra de diferencia horaria. Así que ahora ando con +4 de uso horario, o sea, tres más que la hora Europa continental. Cuando llegué rellené el impreso de inmigración e hice la cola para pagar el impuesto de entrada. Al llegar mi turno la mujer me informó que era muy afortunado porque tienen un tratado con los otros países del golfo y si tienes visado para uno de ellos no hay que volver a pagar el impuesto. Así que he podido entrar gratis al país. Eso sí, tengo otro sello junto al de los americanos. Ahora además de Qatar se puede leer Sultanato de Omán. Ya me veo en Guantánamo cuando vaya a los Estados Unidos este año. Espero que no me hagan la depilación eléctrica esa que tanto les gusta, que yo soy de natural peludillo y me va a doler un huevo, o quizás los dos. Aunque tengo visado gratuito tuve que rellenar el impreso y espero que nunca le presten mucha atención, porque había una sección en la que tenía que poner Primer Nombre, Segundo Nombre, Tercer Nombre y Nombre Familiar. Para el primero y el segundo elegí mis dos primeros y únicos nombres, en el tercero encasqueté mi primer apellido y en el nombre familiar el segundo.

El equipaje, al igual que en Qatar estaba en el suelo, al lado de la cinta. Localicé mi maleta y salí. Me esperaba un Mohammed de estos, que hasta ahora todos los árabes que me han dicho su nombre se llaman Mohammed. Empiezo a creer que es más bien una forma de referirse a ellos porque no puede ser que todos tengan el mismo nombre. El Mohammed llevaba un papel con mi nombre y apellidos. O casi, porque no acertaron en nada. Más o menos por la disposición de las iniciales supe que era el mío, pero así y todo, aún tengo mis dudas. Me trajo al hotel desde el que he escrito esta anotación y desde aquí partiré mañana por la mañana rumbo a Sur. La temperatura en la calle es de alrededor de treinta grados, al parecer estamos en los meses fríos. El aire es extremadamente seco y el paisaje desolador. Han hecho un intento de tener un poco de césped en la carretera principal que sale del aeropuerto, pero cinco metros más allá de la carretera todo está árido y seco. Se ven montañas unos kilómetros tierra adentro. El aspecto es muy similar al que se puede ver al mirar desde las dunas de Maspalomas hacia el interior de la isla, sólo que allí la temperatura no es tan alta ni el aire tan seco.

Por lo que he leído en la guía Lonely Planet que me he comprado, Omán es el país del golfo Pérsico que más ha hecho para reducir su dependencia de los inmigrantes y siguen reemplazando a toda esa gente por mano de obra local. También es uno de los pocos países de la zona que considera que la educación de la mujer es tan importante como la del hombre y de hecho, hay más mujeres que hombres en la universidad. Por supuesto todo tiene un lado negativo. El sultán se empeña en conservar las costumbres y tradiciones y obliga a todos los ciudadanos del país que trabajan para la administración (o sea, a una gran mayoría) a vestir el traje nacional. Imaginad si en Holanda todos los funcionarios fueran vestidos con el traje nacional y los suecos de madera, o en España la gente que trabaja en la administración llevara la ropa regional. No me imagino a las tías en el Cabildo vestidas con miriñaque y los tíos con el chaleco, el zurrón del gofio y demás artilugios folclóricos.

La cena de este primer día en Omán fue comida hindú, que parece ser la más popular, también debido a que los hindúes son el grupo étnico más numeroso entre los extranjeros. No tengo ni idea de qué era pero picaba como el coño de su puta madre, como se dice en Gran Canaria. Necesité litros de agua para bajar aquello y recuperar la sensibilidad de la lengua.

El relato continúa en Omán segunda parte – camino de Sur