Como la fachada principal está cubierta por andamios, todos nos centramos en la fachada que da hacia el este y que cuando el edificio se convirtió en iglesia era la entrada principal. Por encima de las columnas se pueden ver las metopas, que cubrían las cuatro fachadas y que en este lado trataban de la gagntomaquia, que puedo confirmar y confirmo que no es una variación del reggaeton. Las ocho columnas dóricas son espectaculares. Resulta difícil asimilar que alguien construyó esto en ese mismo lugar hace casi dos mil quinientos años, reventó con un polvorín y ahí sigue. Si lo comparamos con las obras del Guarratraba, de esas no sobrevivirá ninguna y en el futuro nadie sabrá que ese infame arquitecto existió.
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Aventura en el desierto al atardecer
El relato comenzó en El salto a Dubai que comienza las vacaciones
Mi último día en Dubai, o mi penúltimo ya que al volar de madrugada, técnicamente me voy al día siguiente, comenzó a las siete de la mañana. Bajé a desayunar y aquello estaba petado. Después de comer tenía que elegir entre quedarme en la piscina del hotel o ir a la playa. Habían anunciado más de cuarenta grados de temperatura, así que opté por la piscina del hotel y a las ocho de la mañana ya estaba acoplándome allí, el primero Estuve hasta las doce y media y en ese tiempo pasaron una pareja joven y de extranjeros, una familia africana con niños y otra mora con niños y hembra emburkada que no se bañó. También vino el director del hotel a saludar y hablar un rato conmigo.
Cuando acabé de tostarme, por supuesto bien dopado con pastillas de beta-caroteno, que a estas alturas ya debe formar parte del flujo sanguíneo porque empecé hace casi tres semanas a pegarme una al día, bajé a mi habitación, me duché, me vestí. Me fui a un centro comercial cercano a pegarme un helado porque estaba de antojo. Luego regresé al hotel ya que a las tres de la tarde me venían a recoger. Vinieron en un jeeep bastante grande y nuevo y dentro había dos pasajeros y de mi hotel nos subimos dos más. Primero es casi una hora de conducción hasta un lugar en el que esperan que alquiles motos quad para ir por las dunas, pero tienen el circuito acotado y las dunas son una mierda. Me quedó pena no haber ido a visitar a mi amigo Sergio cuando estuvo en Qatar porque según él, eso allí era la bomba. De hecho, creo que alguno de los que fue con él se estampó con uno. Tras esta parada se unieron a nuestro grupo unos alemanes, que no creo que fueran pareja sino más bien madre e hijo pijo o al chamo le gustan ya con la pescaílla dando olor. Le quitaron un montón de aire a los neumáticos y nos metimos por el desierto, cabalgando las dunas con el jeep. Fue espectacular. Son uno veinte minutos en los que de repente parece qeu vamos a volcar, a veces estás convencido que sucederá y en otras simplemente te ríes con el miedo. Tras ese tiempo paramos en el desierto para hacer fotos y después de un rato seguimos unos díez minutos más por las dunas, hasta llegar a un punto en el que había una choza con un chamo que tiene máquinas para volver a meter aire en los neumáticos.
Desde allí fuimos a lo que ellos llaman un fuerte, una especie de residencia en el medio del desierto en la que organizan el resto de la tarde/noche. Además de cenar, hay danza de viente, danza de fuego y danza de mariquitismo superior con un chamo vestido como de reinona drag del carnaval de las Palmas de Gran andaría y que gira todo el tiempo. En el lugar hay camellos y te puedes subir a ellos para hacerte fotos, hay pavas que hacen tatuajes de Hernán, tenían café árabe y por supuesto el bufete. Los hindúes pegan los platos hasta arriba y después descubren que no les gusta nada y toda esa comida se acaba tirando. Además, desconocen el concepto de fila y siempre va uno que guarda el puesto a los otros veintitrés. Aquí en Dubai he refrescado mi voto que dice que NI DE COÑA VOY A LA INDIA. Se te pegan todo el tiempo como ladilla a güevo. La cosa vino acabando sobre las nueve menos cuarto y desde allí nos devolvieron a los hoteles Yo entré en el mío a las diez con dos horitas para prepararlo todo (incluyendo esta anotación) antes de salir para el aeropuerto.
Dubai es curioso, es básicamente hindúes y hormigón con terroristas-musulmanes-de-mielda pero no va a pasar a mi lista de sitios para repetir. Si te molan los centros comerciales y las temperaturas extremas, este es tu país.
El relato continúa en Desde Dubai a Cebu
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La parte trasera del Partenón
El Partenón se construyó para alojar una inmensa estatua de la diosa Atenea Parthenos y se construyó en solo quince años allá por el 447 antes de Cristo. Dicen que la estatua de la diosa tenía mil doscientos kilos de oro y mucho se teme que lo robaron los truscolanes, esa escoria sucia y rastrera que nos amenaza a todos. En siglos posteriores fue una iglesia bizantina, otra latina (solo algún Dios sabe la diferencia) y hasta una mesquita musulmana (con sus terroristas musulmanes-de-mielda tan característicos). En el 1687 los turcos demostraron al mundo sus niveles de estupidez y lo usaron como depósito de pólvora que acabó explotando por un cañonazo recibido en un asedio veneciano. A partir de ahí todo fue a peor y en el siglo XIX (equis-palito-equis), los ladrones y estafadores y traidores británicos lo expoliaron y ese mismo día decidieron que embaucarían a toda Europa y después nos dejarían tirados. Estamos tardando pero mucho en construir un muro de hormigón alrededor de Gibraltar y aislar esa chusma y gentuza para siempre.
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La mezquita de Jumeirah, el Burj al Arab y otras cosillas
El relato comenzó en El salto a Dubai que comienza las vacaciones
Mi segundo día comenzó tras el desayuno en el hotel, o quizás una hora antes cuando miraba el pobre programa que tienen para el transporte público y organizaba mi ruta. Comencé en el metro rojo, con una estación cerca del hotel y desde allí fui hasta otra en la que sabía que podía conectar con la guagua 28X, que va pegadita, pegadita a la costa. Mi primera parada era para ver la mezquita Jumeirah, lo más de lo más en la ciudad o eso dicen. Llegué justo a tiempo para la visita guiada, la única posible y hasta tuvimos que pagar para entrar. Una inglesa tapada con los jaiques moros era la guía Al parecer han comenzado estas jornadas de puertas abiertas para que los cristianos que vamos a ir al cielo confirmemos que esta gente es lo peor de lo peor y se merecen compartir el infierno con truscolanes y kabezudos-koreanos-de-mielda. El edificio en sí no tiene mucho por dentro, solo la alfombra esa. Nos explicaron los cinco pilares del Islam, que son: uno, mata a tu prójimo si no es moro como tú. Dos, mata a tu prójimo, si es moro como tu pero no de la misma Peña. Tres, ante la duda, mata a tu prójimo. Cuatro, una vez te pones a matar, es que no puedes parar así que a lo tuyo y cinco, recuerda que las hembras son una putas y por eso hay que emburkarlas, recuerda que tienes que ir a la Meca a dar vueltas como un totorota alrededor de un edificio que está VACÍO para demostrarnos a todos los demás lo totorota que eres y que tienes que hacer un paripé de acarajotaos cinco veces al día. No nos convenció para nada. Según la pava, las hembras se emburkan por modestia pero parece que a sus hombres ese pecado no les afecta por estar vacunados o algo así.
Cuando acabó la visita guiada con intento de conversión, le hice las fotos de rigor al edificio y me acerqué a la Unión House, el edificio en el que se inventaron los Emiratos Árabes Unidos y en el que hay una bandera grande y un edificio muy de diseño Hoy en día es un museo pero parece que los sáados no abren así que me lo perdí (o no …) Allí volví a pillar la misma línea de guagua que me avanzó hasta la zona del Burj Al Arab, el pedazo de hotel ese que está como en su propio islote. Como en la costa está todo construido, tuve que ir hasta la Jumeirah Pública Beach para hacerle fotos tanto a la playa como al hotel. Más atrás hay una playa privada en la que he leído que por una sombrilla y dos tumbonas te cobran cincuenta leuros, vamos, un atraco a plena luz del sol. Estuve en la playa un rato y allí decidí que volvería al día siguiente. No lo he comentado pero antes de salir del hotel apalabré una exucrsión para la tarde del día siguiente así que por la mañana me dedicaré a descansar.
Seguí en otra guagua hasta la estación de metro Mall of the Emirates pegada a otro centro comercial gigantesco. Necesitaba un rato de internet para bajarme los mapas fuera de línea así que entré al centro comercial y no veas, otro enorme, este con una pista de esquiar completita, con sus telesillas y todo. Lo flipas. Le mandé una foto al Rubio para joderlo, que a él lo del esquí le chifla. En la estación de metro volví a cogerlo y seguir alejándome, hasta la zona del Dubai Marina, una especie de barrio pijo con canales por dentro, rascacielos y un centro comercial. Allí quería coger un barco que te da un paseo de una hora en el que vemos, por fuera, el complejo de Keli de lujo ese con forma de palmera. También el Burj Al Arab desde el agua. Lo de las palmeras se ve muchísimo mejor en google maps, en plano son solo Keli con playa privada y un montón de tráfico para entrar. El paseo en barco se vino acabando a las cuatro de la tarde y desde allí en metro me tomó una hora Regresé al hotel, me fui a la piscina una hora y después de ducharme fui a ver el Deira Clocktower, una torre en una rotonda con un reloj que al parecer es muy famosa y sale siempre en los vídeos de promoción de la ciudad. Está a un kilómetro más o menos del hotel así que fui andando y desde allí continué e hice otros tres kilómetros y pico para ir a ver los zocos de oro y especias. Están en la parte más caótica de Deira, con un tráfico infernal, en callejones y gente que siempre quieren ser tu más mejor amigo y venderte relojes más falsos que truscoluña, que no es nación pese a lo que diga el comemielda ese que quiere volver parara acabar de destruir el partido socialista y juntarse con los comunistas malnacidos y asquerosos podemitas que apoyan a los asesinos y criminales que están destruyendo Venecuzuela. En ese zoco hay más de diez mil kilos de oro del que cagó el moro vendiéndose. Con los auriculares me hago el lolailo y sigo de largo pero deben haber intentado al menos cien lo de atraerme a su tienda. Decidí regresar andando con lo que apechugué otros cuatro kilómetros más y cerca del hotel encontré un sitio para cenar. Así acabó mi segundo día en Dubai.
El relato continúa en Aventura en el desierto al atardecer y en los Vídeos del segundo día en Dubai ya te puedes imaginar lo que te encontrarás.