El templo de Hefesto y de Atenea Ergané o Hefestión está en la cima de la colina llamada Colonos Agoreo. Probablemente el edificio ha llegado hasta nuestros días porque desde el siglo VII (uve-palito-palito) hasta casi mediados del siglo XIX (equis-palito-equis) fue una iglesia. En su fachada tiene varios ornamentos esculpidos. En esta imagen lo vemos desde el este y mañana tendremos otra foto de la otra fachada del edificio. En la actualidad no es posible acceder al mismo, hay que verlo por fuera.
-
De Coron al infierno de Manila
El relato comenzó en El salto a Dubai que comienza las vacaciones
Finalmente llegó el día en el que comenzaba el Gran Retorno, una vuelta con varios pasos. Por desgracia, ni el Nido ni Coron son aeropuertos internacionales con lo que hay que volver a Manila o Cebu para poder regresar a casa. Temiéndome el retraso habitual de los vuelos nacionales en Manila, elegí El Segundo del día, a las diez menos diez de la mañana. Me levanté temprano y a la hora en la que comenzaban los desayunos en la pensión, yo ya estaba allí, ya que quería evitar a los dos viejos que llegan y piden el desayuno de toda su familia, que son como diez y después las chicas se pegan veinte minutos preparándolo. Esta vez se jodieron porque cuando aparecieron yo ya estaba esperando el mío y además me senté en su mesa favorita y hasta consideré el mearla alrededor para marcar el territorio. Entre las siete y las siete y media de la mañana supuestamente me recogían para llevarme al aeropuerto. Tras desayunar, lavado de dientes y rápidamente terminé de empaquetar. A las siete y un minuto estaba la furgoneta en la puerta. De mi pensión iban dos más y en el vehículo había dos filipinas. Pensé que haríamos el tour del pueblo recogiendo gente pero no, el tío salió por patas. Probablemente batió varios records de velocidad y puso nuestras vidas en peligro más de una vez, pero parecía tener una misión y estar dispuesto a completarla. En un tramo cerca del aeropuerto en el que la carretera es una línea recta, un pájaro de esos pescador está en la misma. El colega ni redujo la velocidad ni se pasó al otro carril. Mató al bicho sin escrúpulo alguno.
Al llegar al aeropuerto había aterrizado el primer avión del día y la razón de su prisa es que tenía que recoger a unos japoneses, un grupo de doce que han venido a bucear en el Fun & Sun y que debían llegar ese día. Curioso como los caminos de la gente se cruzan. Fuimos los primeros en el aeropuerto. El control de seguridad es de pura risa y de hecho, se me olvidó quitarme los auriculares bluetooth y sacarme algunas cosas de los bolsillos y los arcos no pitaron. Con mi tarjeta de embarque en la mano, entré en la sala y me senté. Faltaban dos horas para el vuelo. Pronto, el GooglEvil anunciaba veinte minutos de retraso, después treinta y más tarde una hora y diez. Por la megafonía también lo dijeron, que por congestión del aeropuerto de Manila, el avión vendría con retraso. De hecho, el avión llegó al mismo tiempo que el tercero del día. Iban a comenzar el embarque con nosotros pero cambiaron de idea y decidieron que primero el otro. Se montó una pelotera allí, la acarajotada que recogía las tarjetas de embarque no se enteraba y mezcló pasajeros de los aviones, después un grupo de gente se le fue por la pista para hacerse fotos, todos corriendo a pararlos, el resto que tiró para el avión sin tener permiso, en fin, que ni los hermanos Marx podrían haber organizado un embarque más caótico. Finalmente, con los dos aviones llenos, decidieron qeu el nuestro iría primero. Despegamos y tardamos una hora y diez minutos en llegar a Manila. Era un ATR-72. Dos minutos por detrás de nosotros venía el otro. Al salir del avión, poco menos que le tienen que dar hostias a la gente para evitar que se vayan por el aeropuerto a hacerse fotos. Recogí mi maleta, busqué el mostrador de Grab y pedí un coche con mi App para llevarme al hotel. Precio del viaje, tres leuros. Si lo puedo evitar, jamás volveré a coger un taxi en Manila, los taxistas son todos unos ladrones y los taxímetros los tienen trucados. No había mucho tráfico y el viaje fue relativamente rápido.
Mi hotel era el Red Planet Ermita. Tiene el mismo aspecto que todos los de la cadena y eso ome gusta. Nunca había estado en esta parte de la ciudad y es una mierda. Es la zona de los hoteles, la zona de las putas, la zona de los nichos que son adictos a esnifar pegamento y que pueden cometer crímenes impunemente, es la zona de los mendigos y es la zona DE LA MIERDA. El hedor de las cloacas es insoportabaes, cuando no ves una directamente rebosándose en la calle. A unos ochocientos metros del hotel está el Robinsons, un centro comercial con cine. Fui para allá y tras esquivar a pordioseros y niños tratando de robarte en los bolsillos entré. Vi una película, cené allí y por suerte, comenzó a llover cuando salí y eso parece que distrajo a la chusma y la gentuza.
Lo repito y lo tripito. Manila es una mierda de ciudad. Si no fuera por el riesgo de retrasos y cancelaciones, jamás pasaría por ella.
La foto y el vídeo con lo que sucedió este día lo podéis ver en Yendo a Manila desde Coron y el relato continúa en La Bahía de Manila de día y de noche
-
Capitel de una columna en la Ágora de Atenas
Al igual que sucede en la ciudad de Roma, en Atenas, en las zonas de los yacimientos arqueológicos, vas paseando tranquilamente y te encuentras maravillas como el capitel de esta columna que seguro que nuestro experto residente, Genín, que seguramente era jefe de obra en aquellos tiempos, puede confirmar como de estilo Corintio, el orden más elegante y ornamentado y en el que el capitel era siempre una obra de arte en sí mismo. A saber qué estructura increíble era la que tenía este capitel. Por detrás del mismo, un montón de muros de los diferentes edificios que había en la Ágora de Atenas y de los que solo quedan los restos que vemos. Ese sabio tan grande que es el presidente estúpido gringo se pasa por allí y seguro que pregunta por la fecha en la que van a desmontar el solar y si van a poner en el mismo un precioso hotel de los suyos.
-
Siete Pecados y el drama de los chalecos salvavidas
El relato comenzó en El salto a Dubai que comienza las vacaciones
Mi último día completo en Coron era el del Coron Island Ultimate Tour, una especie de combinación de los tour A y B. Como es la norma, me levanté temprano y hasta subí a desayunar sobre las siete menos veinte. Después tenía tiempo ya que tenía que estar en el lugar en el que pagué a las ocho y media. Salí sobre las ocho y cuarto y allí tuvimos que esperar un rato mientras llegaban todos y después nos llevaron en tricycle al embarcadero, igual de caótico que un año atrás. Hay una pava que parece que lo controla todo pero nunca se sabe. Los barcos hacen líneas en el mar y según el tour que hagas, tendrás que saltar de unos a otros. En mi caso, íbamos en El Segundo barco con lo que solo salté al primero y entre ese y el segund pero la gente que iba a hacer el tour B tenían que saltar hasta el cuarto. Después tuvimos que esperar a que el guardacostas permitiera la sanidad y todas las chalanas salieron como un enjambre, dividiéndose en tres grupos. Nuestra primera parada era en las Islas de Coral (en tagalo), una especie de arrecife lleno de corales. Nos tiramos al agua y a mirarlos. Desde allí fuimos nadando hasta la playa CYC, El Segundo lugar. Particularmente, la playa me pareció una mierda del copón, pero claro, he visto tantas preciosas que mi estándar está muy pero que muy alto. Después de unos cuarenta minutos seguimos para Skeleton Wreck, el pecio de un pesquero chino. Está muy castigado por el mar y tiene mucho pescado y coral pero no se puede ver bien porque está como a unos cinco o seis metros de profundidad. Estuvimos allí casi tres cuartos de hora y dese allí seguimos a Sunset Beach, sitio en el que parábamos hora y media para tomar el sol y también almorzar. Hice algunas fotos de la playa y espués me tiré en la orilla a absorber mis últimas horas de sol.
Después del almuerzo seguimos hacia Twin Lagoon, los lagos gemelos, que son uno que se usa como aparcamiento de la marabunta de barcos y el otro al que se accede o po una escalera o por un agujero en las rocas. Hay una diferencia fundamental entre mi visita del año pasado y esta. Antes te podías bañar como te saliera de los mondongos y recorrer todo el lago. Ahora han delimitado la zona en la que se puede nadar y se ha vuelto obligatorio el nadar con chaleco salvavidas. Eso apesta y cuando le pregunté a uno de los chicos del barco me dijo que en abril, dos JOSDELAGRANPUTA-truscolana, dos extranjeros, medio borrachos, decidieron hacer free diving en uno de los lagos y bajar a veinticinco metros. MURIERON. Por eso ahora es obligatorio el uso de chaleco salvavidas, el free diving está terminantemente prohibido y yo espero y deseo que esos dos cabrones estén ardiendo en el infierno y que ya hayan troceado sus cuerpos y los hayan cocinado en algún restaurante chino barato. La estupidez de algunos es infinita y esto demuestra la sabiduraía de la madre naturaleza al eliminar esos trozos de código genético defectuosos, asquerosos y repugnantes.
Desde Alí fuimos al lago Kayangan, ese que hay que subir y bajar por la montaña y que en la parte de arriba tiene una vista idílica. En el año que ha pasado desde mi visita, ahora el chaleco salvavidas es obligatorio, la zona de nadar se ha acotado y además, han echado cemento a punta pala y construido una escalera, en lugar del salto de rocas saque había el año pasado y que si te descuidabas te escoñabas. Me tuve que llevar el chaleco para subir a hacer las fotos pero pasé de bañarme. Lo del chaleco es una mierda. En su lugar, regresé al mirador para hacer más fotos y después bajé al nivel de los barcos para ver si habían puntos fotográficos escondidos por allí.
Nuestra última parada fue en Siete Pecados (en tagalo), siete islotes pequeñitos que han convertido en parque marítimo y que esconden el mejor arrecife que he visto en las Filipinas. No entiendo por qué no lo incluyen en ninguno de los otros cuatro tours. El año pasado me lo perdí. Flipé en un arrecife increíble, con una cantidad de coral dantesca y queasy estar la marea baja todo quedaba muy cerca. Estuvimos allí como cuarenta minutos.
Vinimos regresando al puerto a las cinco de la tarde. Después, fui a la pensión, me duché, contraté el transporte para el aeropuerto del día siguiente y me fui a cenar al Lolo Nonoy Foood Station. Al regresar me metí en una tienda que me recomendaron las chicas del Fun & Sun y me compré dos camisetas.
Las fotos y el vídeo de lo que sucedio este día están en la anotación Buceando en las islas de Coral, Siete pecados y el pecio Skeleton y visitando el lago Kayangan y el relato continúa en De Coron al infierno de Manila