Otra de las salas de asamblea en Hoi An es la de Quang Trieu, la cantonesa para aquellos que obviamente lo han sabido traducir. Se construyó en la segunda mitad del siglo XIX (equis-palito-equis) por chinos que vivían allí. La usaban sobre todo los pescadores y mercaderes como lugar para descansar y encontrarse con sus coetáneos. El complejo, como el otro que hemos visto, tiene varias cosas y veremos algunos detalles. La arquitectura es más de estilo chino y los edificios están muy elaborados. Hoy vemos uno de ellos con una preciosa entrada, un montón de dragones por el tejado y esas dos cosas horrorosas que parecen urracas truscolanas y que están a ambos lados de la puerta.
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Viajando a Viena y comenzando la visita a la ciudad
Una vez más llegamos a una de esas anotaciones gigantescas que recoge algunas de las cosillas más relevantes de lo que soy capaz de hacer en un fin de semana. Este año y para las escapadas de otoño elegí como primer destino la capital de Austria, Viena, ciudad que nunca me ha llamado la atención porque tenía la sensación que sería muy similar a Madrid o París, ciudades que no me molan demasiado. Aún así, si me pones un billete de avión a precio de risa y un hotel en el que la noche costaba cuarenta leuros, no tenía más excusas y lo organicé para el segundo fin de semana de septiembre. Después de un montón de años, volvía a volar desde el aeropuerto de Rotterdam, ahora rebautizado como el aeropuerto de Rotterdam La Haya, pero vamos, que sigue estando en Rotterdam y sigue teniendo la misma línea de guaguas que te lleva al mismo. Como mi avión salía a las seis y media de la tarde, trabajé de mi casa y una vez acabé pillé la bici para ir a la estación, desde allí fui en tren hasta Rotterdam y en lugar de coger la guagua, opté por el metro, algo que los turistas ocasionales no podrán hacer ya que no tienen la tarjeta de transporte holandesa y no pueden cambiar de medio de transporte. El metro me llevó hasta una estación que está a cinco minutos en guagua del aeropuerto usando la misma línea que te lleva directamente desde la estación de tren Rotterdam Centraal solo que me ahorraba la friolera de dos minutos. Pasé el control de seguridad y flipé en cuatro dimensiones porque el aeropuerto es diminuto y cuando se retrasó un vuelo una hora y había otros cuatro despegando, aquello se llenó más que la frontera de Colombia con Venezuela en un fin de semana. Mi avión salía en hora y la duración del viaje era de hora y media. Del proceso del embarque, despegue y ascenso tenemos un increíble y fabuloso vídeo. Recomiendo fijarse justo antes del despegue cuando el avión pasa junto a varios contenedores rojos que están configurados como si fueran un avión y que deben ser el lugar en el que practican los bomberos. Claro, así el día que hay un accidente no se aclaran, es que aquello no tiene pinta de avión. Regresamos a los vídeos en el flickr y para verlos hay que hacer CLIC, concepto muy difícil de entender para algunos. Este primero está amenizado con la canción This Boy del grupo Franz Ferdinand y también está disponible aquí:
Aunque normalmente paso de poner fotos del hotel, en esta ocasión haré una excepción por lo curioso. Me quedé en el Hotel ibis budget Wien Messe, tiradísimo de precio y más o menos en el centro, que eran las dos cosas que buscaba, junto con una recepción abierta las veinticuatro horas del día (por si llegaba muy tarde).
Cuando miras la foto de la habitación piensas, que cuca, que chula y tal y tal y tal. Es un dormitorio triple, simple y moderno. La cosa está cuando miramos la habitación desde el otro lado:
La ducha está dentro del dormitorio y básicamente, hay muy poca intimidad para esa actividad. Me encontré un par de grupos que estaban cambiándose al hotel de al lado, que es de la misma cadena pero sin el budget porque se sentían incómodos con esto. Imagínate que vas con tu amiga Pepi la Bosta y cada vez que se duche se tiene que quitar la ropa y quemarte las retinas mostrando esas lorzas que la dejan toda desbaratada. Por lo demás, la habitación está muy bien y por ese precio, es de puro lujo María.
El sábado, confirmo que no me hice un Virtuditas y me lancé a la calle temprano. Pasé de pagar por el desayuno en el hotel y me fui con alegría hacia el centro histórico, andando por supuesto. Mi ruta me llevó a cruzar un canal que se han montado y que nace y muere en el río Danubio y me paré a desayunar en una cafeteria/heladería llamada Zanoni & Zanoni en donde no me tuve que encochinar con un bufé, algo que odio porque me entra el frenesí por recuperar la inversión y como hasta llenar el estómago, los intestinos y los pulmones.
Muy cerca está la Catedral de San Esteban de Viena o el Stephansdom y esa fue mi primera parada. la catedral no es muy grande y básicamente ha quedado rodeada por la ciudad, lo cual le quita mucho encanto y hace imposible el fotografiarla. Delante o a los lados está lo poco que queda de Stephansplatz, que hace siglos igual era una plaza muy bonita pero ahora son los residuos de una plaza. Sin acercarte al altar y solo por un lado se puede visitar la catedral de gratis, que es lo que hice y después pagué por subir en ascensor a una de las torres y ver las vistas de la ciudad, que tengo que reconocer que están bien pero no son espectaculares, pero si piensas que en el imaginario popular no hay ningún monumento que todos sabemos a ciencia cierta que está en esta ciudad, tiene sentido. Se podía subir a una torre por ascensor y a la otra apechugando trescientos y pico escalones y ahorrándote un leuro o así. Al salir de allí, paseé por la calle peatonal Graben, aún no muy petada de gente, le hice fotos al Pestsäule, un monumento para conmemorar el fin de alguna de las Pestes que tuvieron en el pasado y de las que se sabe a ciencia cierta que fueron producto de la llegada a la ciudad de truscolanes, esa miasma rastrera y asquerosa que hay que extirpar pero que ya de la humanidad como el cáncer que son y entré a ver la Katholische Kirche St. Peter, pequeña y para mí, infinitamente más bonita que la catedral. Después seguí la ruta hacia la Schottenkirche, que creo que es la iglesia de los escoseses y que me pillaba de paso hacia la Votivkirche, la cual vemos en la siguiente foto:
Las dos torres de la iglesia se pueden ver desde lo alto de la catedral y estaba en mi lista de sitios para ver pero cuando llegué allí resultó que ahora es una especie de centro de exhibiciones y tenían una con la reproducción de la Capilla Sistina, la cual ya he visto y que en este caso, cobraban las entradas a poco menos que la mitad de lo que pagué por noche de hotel, con lo que pasé olímpicamente de verla. Además, estaré en Roma en diciembre y sigue estando en mis planes el ir por allí. Al menos, al llegar allí ya estaba en la famosa Ringstraße, una circunvalación que rodea el centro histórico de Viena, una avenida muy pomposa y bonita y que es uno de los hitos de la ciudad. Me tropecé primero con el fastuoso edificio de la universidad de Viena y entré al vestíbulo para olisquear.
Al lado está el ayuntamiento o Rathaus, precioso edificio de estilo Neogótico construido en la segunda mitad del siglo XIX (equis-palito-equis) y que recuerda al ayuntamiento de Bruselas. En frente hay un parque, el Rathauspark y está en la zona en la que se concentran la mayoría de los edificios monumentales de la ciudad (y atracciones). Al ayuntamiento no se podía entrar por ser sábado, que ya dijo algún Dios que era pecado mortal obligar a los funcionarios a trabajar en fin de semana.
Cerquita está el Parlamentsgebäude, el Parlamento austriaco, del mismo siglo que el ayuntamiento y construido en estilo neo-clásico. En la foto panorámica se puede ver que es muy espectacular y tiene una bonita fuente a la entrada. También se puede ver lo que sucede cuando sales a hacer turismo antes de la hora Virtuditas, puedes hacer fotos sin cienes y cienes de gentes.
Después caminé por el Volksgarten o jardines del populacho, vi la fachada del Burgtheater y como quien no quiere la cosa me fui acercando a uno de los lugares que quería ver, aunque como sucede en muchas ocasiones, dejo la segunda parte del relato para otro día y aprovecho para estirar el chicle y llenar la semana.
El relato continúa en El palacio real y otras cosas de Viena
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Jardín y patio de la sala de asambleas Phuc Kien
En algún momento tenemos que continuar así que puedo prometer y prometo que esta es la última foto de la sala de asambleas Phuc Kien y su entorno. En este caso es una imagen del cuidado jardín en la que se pueden ver los edificios al fondo. Los cuarenta y pico grados te garantizan poca o ninguna gente en la foto ya que en estos sitios, los chamos no se paran a bloquearte la imagen porque se derriten allí mismo. Hay otras salas de asambleas en Hoi An y en próximas fotos las iremos viendo.
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La semana pasada en Distorsiones
Seguimos con el repaso multimedia de mi viaje allá por finales de abril y mayo a las Filipinas y esta semana vimos El vídeo con mi paso por la playa de Magpupungko y Los vídeos de los dos días saltando islas por Siargao. Esta semana aún no sé si tendremos una nueva tanda porque quiero hablar del fin de semana en Viena y ese viene bien cargadito de vídeos y fotos y me tomará tiempo preparar el relato, ya que al no hacerme un Virtuditas en el lugar ya que madrugué, vi una jartá.
Por aquello de contar algo de mi vida, en Una semana en el infierno comenté lo del otoño con temperaturas de más de treinta grados que ahora parece ser lo normal. Llegamos al fin de semana con Un paso más allá del puto requetequete amo
En Hoi An vimos La sala de asambleas Phuc Kien y después vimos la Sala de asambleas Phuc Kien de nuevo, solo que en otra vista y seguimos en el recinto con La fuente del dragón en la sala de asambleas Phuc Kien y Otra fuente en la sala de asambleas Phuc Kien y acabamos la semana con El templo en la sala de asambleas Phuc Kien. Todavía queda cuerda para rato con Hoi An.
Mira que estoy exprimiendo el poblacho de Hoi An y sacándole partido. De allí viene también la imagen de una chama Usando la bicicleta para transportar carga
que ya he añadido al Álbum de fotos de bicicletas.Fui a ver cinco películas al cine y comenté cuatro y esta es una de esas semanas en las que el clan de las Plañideras que siempre se lamentan por las cosas terribles que veo se tendrán que ir de vacaciones ya que hubo dos películas con 8 y dos con 10, o sea, un pasote que no veas. Vamos en orden ascendente y me gustó y me reí un montón con Bridget Jones’ Baby – Bridget Jones’s Baby, seguimos con la fabulosa película italiana con dos chifladas titulada Locas de alegría – La Pazza Gioia, después vino la genial película Captain Fantastic y la cosa parece que va de locos porque en todas las pelis de la semana, los protagonistas están medio majaras y acabamos con la maravillosa Florence Foster Jenkins en la que actúa la ganadora al Oscar a mejor actriz principal en la gala del año que viene.
El festival de comida de la semana es el siguiente:
Y así transcurrió la semana.