Con un archivo tan grande como el que posee el mejor blog sin premios en castellano hay contenido que cuando me lo tropiezo, ni yo mismo recuerdo su existencia. La foto de hoy es un buen ejemplo. La hice cuando estuve en Berlín en octubre del año 2006 y sin embargo, el año pasado cuando pasé de nuevo por allí no me tropecé con esta cadena rota y en mi memoria ha desaparecido totalmente cualquier referencia a la misma. Aún así, desde aquella época ha ido acumulando visitas desde que la vimos por primera vez en la anotación Cadena rota y hoy le damos la bienvenida al Club de las 500.
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Interior del Duomo di Napoli
Con al menos seis criminales en la pequeña plaza que hay delante de la cattedrale metropolitana di Santa Maria Assunta, la foto estaba totalmente descartada y en su interior, parece que el cura prefirió gastarse la guita de electricidad en putas y acabamos en una nave obscura que no veas y para que os hagáis una idea, la imagen tiene un ISO de 6400, que no es alto, es prácticamente sideral. En la foto, la estructura que se ve por la parte alta de la izquierda son andamios porque aquello además debe estar cayéndose a cachos. La iglesia es famosilla por tener un tubo que se dejó en el ambulatorio San Genaro cuando fue a hacerse unos análisis de sangre y que se vuelve líquido dos veces al año, cuando lo agitan. En un documental en la tele recuerdo que vi como unos julays explicaron que se pueden preparar compuestos químicos que recuperan la forma líquida al moverlos o agitarlos y que parecen sangre y en este caso, casualmente, la sangre se torna líquida cuando la mueven para enseñarla.
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Vasija llena de huesos en iglesia de Nápoles
Digo yo que cuando se deje de hablar de los curas como presuntos tocadores de niños habrá que comenzar a discutir el tema de las colecciones de huesos, cabezas y muertos que muestran en las iglesias. Yo es que no me termino de creer que cuando uno trabaja en esa multinacional y hace la tira de años resultaba que era un bellísima persona, según te morías te metían en la olla y venga, a hervir hasta que se suelta la carne de los huesos para regalar y mercadear entre iglesias. Si esto se sigue haciendo, tanto la vieja aquella que trabajaba en la India como el polaco deberían echarse a temblar allí donde estén porque en mil años tienen sus restos repartidos por medio mundo y expuestos como mercancía de la mala en iglesias para que la gente flipe en colores, en blanco y negro y hasta en TresDé. Los huesos de la foto me los tropecé en Nápoles, ya no me acuerdo ni en qué iglesia ni a qué santo pertenecían pero en un restaurante chino que yo conozco tienen un caldero igualito en el que hacen unos caldos de la muerte con unos huesos que utilizan una y otra vez sin parar. Me puedo imaginar perfectamente la cara de uno de los chinos cuando ve el caldero ese lleno de huesos y calcula la de calditos que podrían hacer ellos.
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Sette opere di Misericordia de Caravaggio
Uno de los lugares que hay que visitar en Nápoles es el Pio Monte della Misericordia. En esta cofradía, asociación benéfica o como lo queráis llamar hay una pequeña iglesia con una obra fabulosa de Caravaggio, la Siete obras de misericordia. Los horarios de apertura son muy limitados con lo que hay que planearlo bien pero merece la pena entrar y sentarte allí un buen rato a admirar este precioso cuadro. Lo bueno que tiene que la entrada sea algo cara es que allí dentro estamos cuatro gatos. El cuadro es básicamente lo que entras a ver, aunque hay otras obras de autores menores y también se podía subir a la planta alta y ver la sala en la que se reunían los miembros de esta organización benéfica.