Desde hace cosa de dos semanas he decidido acabar de una vez por todas con todas las temporadas de la serie Física o Química. Como solo la veo cuando me voy de vacaciones a Asia, llevo años con las movidas de ese instituto en el que todo el mundo es un trasmallo. Estos días, cuando tengo un rato larguuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuísimo me veo un pedazo de un episodio y si hay suerte, uno completo. Es algo que odio de las series españolas. En lugar de los 22 minutos para las series de media hora o los cuarenta y dos minutos para las de una hora, en España las series duran prácticamente hora y media, convirtiéndose en películas. Supongo que cuando les añaden la publicidad, estos capítulos empiezan a las diez de la noche y acaban a la una de la mañana. Además, en las series españolas se abusa de la música una pasada. Hay un ronroneo constante con la banda sonora de la serie que estás viendo y en el caso de Física o Química, cada episodio parece estar patrocinado por una canción específica y siempre buscan el momento oportuno para meter el vídeo con diez acciones en paralelo de los trescientos protagonistas y a mí me falta tiempo para avanzar tres minutos hacia el futuro y continuar con la narración. Esos capítulos eternos son los que hacen que prefiera series en inglés y un montón de sitcoms (¿comedias de situación?) para cuando solo tengo un ratito. De las comedias con episodios cortos, estoy abonado a Baby Daddy, Black-ish, Comic Book Men, Kevin from work, Mom, New Girl, Significant Mother, Unbreakable Kimmy Schmidt y You’re the worst. Por suerte, las ponen en diferentes momentos del año y no acabo con una sobredosis por exceso de comedias.
Tengo una buena dieta de ciencia ficción y pateti-horror con American Horror Story, Continuum, Dark Matter, Dominion, Haven, Hemlock Grove, Killjoys, Scream, Supernatural, Teen Wolf, The 100, The Strain, The Walking Dead, The Whispers y Z Nation.
También tengo un puñado de series que nadie reconocería que ve regularmente, como Jane the Virgin, The Originals, The Vampire diaries y Doctor Who. No trago con movidas de abogados, médicos, políticos, recolectores de basura y gangster de cualquier tipo.
Lo de las series es un mundillo que no se puede extrapolar. Yo veo prácticamente todo el cine que llega a las pantallas, dejando de lado las películas basadas en libros del patético TosTolkien que en su puta vida aprendió a escribir y particularmente cuando las dirige Peter TostonJackson. No solo lo veo casi todo, lo comento por aquí pero una película es (con suerte) un suceso único. Entras al cine, disfrutas o padeces o te duermes y de allí te vuelves a casa. Una serie es algo recurrente y que ves en tu hogar, tirado en tu sofá de cuero con asientos eléctricos reclinables y mientras a la vez que sucede la acción, estás haciendo ejercicios de algún idioma en el Duolingo o jugando a un juego o mirando las ofertas de tus tiendas favoritos con sus folletos publicitarios electrónicos. Hay una diferencia significativa con el cine, es algo que puedo poner como ruido de fondo y ver un capítulo sin prácticamente prestar atención a la pantalla.