Una última imagen tomada en la fábrica Koninklijke Porceleyne Fles. En este caso es la reproducción en cerámica de Delft del famoso cuadro La guardia de la noche de Rembrandt. Está compuesto de un montón de azulejos pintados a mano.
-
Abraham en bicicleta
Ya he comentado en varias ocasiones que para los holandeses el 50 cumpleaños es muy importante ya que se trata del día que conoces a Abraham. Tenéis más información en la anotación Costumbres holandesas con otro ejemplo y otra divertida foto. En la imagen que podemos ver hoy se combina la celebración del 50 aniversario de alguien con mi inacabable serie de fotos de bicicletas y tenemos una muy especial con un pequeño motor. Estas bicicletas están siendo sustituidas por las eléctricas que son mucho más elegantes y eficientes pero tiene su encanto ver un carcamal así en la puerta de una casa y al mismísimo Abraham sentado sobre ella. La foto la hice en Hilversum hace un par de semanas.
En el Álbum de fotos de bicicletas encontrarás un montón de bicis que he ido fotografiando a lo largo de los años
-
La cerámica azul de Delft
La Delfts Blauw o cerámica azul de Delft es típica de la ciudad y conocida en todo el mundo. En la parte inferior de todas las piezas que salen de la fábrica se puede leer Delfts Blauw o azul de Delft y de ahí le viene el nombre. El color azul de la cerámica se consigue con el uso de estaño como colorante y como podéis ver en la imagen aparece en una de las fases de fabricación al hornear la pieza. Una visita a la ciudad de Delft no está completa si no os pasáis por la fábrica Koninklijke Porceleyne Fles, la única que sigue en activo. El Koninklijke del nombre significa «Real» y este «título» lo otorga el rey o la reina a las empresas que cumplen una serie de condiciones, como tener más de cien años de existencia, ser puntera en su campo y de importancia nacional.
-
De unas y otras cosas
Después de haber pasado una semana rodeado de extraños en Polonia, una de las reflexiones que me vino a mi retorcida mente fue sobre algo que no me había preguntado nunca. Mientras compartíamos momentos fotografiando águilas y paseando por un lugar en el que les sobra naturaleza, los compañeros me preguntaban por el tipo de fotógrafo que soy. Todos ellos han elegido especializarse en un campo determinado, limitan el espectro de las cosas que fotografían a grupos muy concretos como las aves, los paisajes, los retratos, la fotografía macro y similares. Muchos de ellos se centran aún más y los hay que solo fotografían pájaros pescadores, otros únicamente búhos y uno solo le gusta fotografiar tulipanes.
Nunca me había parado a pensar el tipo de fotografía que me gusta porque a mí lo que me satisface es hacer fotos y me da igual que sean de una cosa o de otra, me lo paso igual de bien yendo a Polonia y pasándome una semana haciendo fotos de águilas que fotografiando platos de comida o visitando el Keukenhof o recorriendo una ciudad nueva y encontrando rincones que me quiero llevar con mi cámara. No tengo una especialidad determinada, hoy pueden ser bicis, mañana magdalenas y el jueves hojas caídas en el bosque. Tampoco me considero un fotógrafo sino alguien a quien le gusta la fotografía y es capaz de extraer de la misma muchas sensaciones positivas. El equipo que tengo ha ido creciendo caóticamente empujado por esta indefinición. Mientras unos se centran en comprar objetivos enormes para satisfacer su reducido espectro fotográfico, yo intento abarcar lo más posible porque las circunstancias de las fotos que hago hoy son muy distintas de las que haré mañana.
Mi incursión en este tipo de fotografía me ha dejado con sensaciones muy positivas. Aunque nunca me lo había planteado, parece que valgo para atrapar las imágenes de un pájaro en vuelo y mi dominio del equipo que tengo me permite determinar los ajustes adecuados para conseguir una imagen decente. Esto que puede parecer simple y directo es lo más complicado. Muchos se estrellaron contra el muro de su propia incapacidad para determinar los parámetros que hay que cambiar si las circunstancias varían. No es lo mismo hacer fotos de águilas con el cielo despejado que nublado, no se puede seguir un ave en vuelo de la misma forma si el agua está como un plato o si el bote se menea como la compresa de una coja. Para mí resulta obvio que las condiciones del momento en el que quieres capturar algo son determinantes para conseguir una buena imagen y me sorprendió ver la cabezonería de algunas personas y lo poco flexibles que son a la hora de adaptarse a los cambios.
Tuve momentos de gran frustración cuando después de hacer una serie de imágenes las revisas y te das cuenta que no están enfocadas y que has de desecharlas. En esos instantes maldices la tecnología aunque sabes muy bien que si ha habido un fallo, es de la persona que manejaba la cámara y no de la misma, que es una máquina de gran precisión preparada para responder a nuestras órdenes. En esta semana he aprendido un montón, sobre mi cámara, sobre mis objetivos, sobre fotografía y sobre un montón de cosas más. He visto un mundo distinto, un país pobre y subdesarrollado, con una gente amable y cariñosa cuando te conocen pero algo hosca cuando te tratan las primeras veces.
Me pregunto qué era lo que buscaban las otras personas que fueron conmigo a Polonia. Yo solo quería pasarlo bien y disfrutar con la experiencia y lo conseguí, he vuelto a casa cargado de anécdotas y con más de dos mil imágenes de las que algunas seguro que merecen la pena.